«En su propia burbuja»: Explican por qué Occidente seguirá negando la realidad de nuevos misiles rusos

La noticia sobre la prueba exitosa del nuevo misil ruso de alcance ilimitado Burevéstnik empuja a Occidente más hacia su colapso ya que los países occidentales son incapaces de aceptar la verdad, optando por vivir en una realidad inventada, comentó a RT el exoficial del Ejército estadounidense Stanislav Krapívnik.

«Cuanto más se aleja la sociedad de la capacidad de reconocer la verdad, más se acerca al punto en que va a colapsar. Y Occidente está al borde del colapso. No reconocen la verdad, pase lo que pase. Viven en su propia burbuja, en su pequeña realidad», dijo el experto militar.

Krapívnik recordó que en Occidente se negaron a creer que Rusia tuviera misiles hipersónicos hasta que este tipo de misiles «comenzaron a atacar instalaciones del personal de la OTAN o instalaciones de entrenamiento de la OTAN dentro de Ucrania».

Según el analista, esta incredulidad yace en la convicción de Occidente en su superioridad. «Porque si no pudieron hacer funcionar sus propios misiles hipersónicos, por mucho dinero que invirtieran en ellos, definitivamente nadie, ninguno de estos seres humanos inferiores podría hacerlo», explicó.

Y cuando Rusia hizo demostraciones de misiles hipersónicos en más de una ocasión, «dijeron que eran imágenes generadas por ordenador» y que eso «no puede ser real».

Declaraciones igual de mentirosas conciernen a la situación en el campo de batalla del conflicto ruso-ucraniano, señala el experto, precisando que en Occidente todo el tiempo aseguran que no va a caer la ciudad de Pokrovsk (Krasnoarmeisk), ni Kúpiansk, ni iba a caer Bajmut (Artiómovsk).

«Y solo vemos esta continua negación de la realidad«, afirmó Krapívnik.

• Este domingo, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció que han finalizado los ensayos clave del misil de crucero de alcance ilimitado Burevéstnik.

• Por su parte, el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, confirmó que la prueba del Burevéstnik se realizó el 21 de octubre con un vuelo del misil con propulsión nuclear que atravesó una distancia de 14.000 kilómetros. «Y este no es su límite«, acentuó Guerásimov, al precisar que el vuelo duró aproximadamente 15 horas.