Roland Goertz,
profesor de Seguridad Química y Protección contra Incendios en la Universidad
de Wuppertal y exdirector del cuerpo de bomberos de Erfurt (este de Alemania),
se ha propuesto descifrar el enigma del incendio del Reichstag, del que se
cumplen 90 años y sirvió a los nazis para intensificar la represión.

«Desde
septiembre de 2018 estoy investigando las causas y la dinámica del incendio del
Reichstag», explica Goertz en unas declaraciones que publica este lunes el
diario «Bild» con motivo del aniversario.

«El
principal testigo en este incendio, el incendio mismo y las huellas que dejó,
no ha sido investigado todavía desde las posibilidades actuales de la
ciencia», aseguró el catedrático.

Goertz señala que
probablemente se debe a que, pese a que en su momento hubo informes técnicos,
los datos objetivos quedaron sepultados bajo innumerables hipótesis motivadas
políticamente.

Prácticamente
inmediatamente después de que se declarase el incendio los nazis empezaron a
difundir la versión de que se trataba de un atentado orquestado por el Partido
Comunista Alemán (KPD) y que era la señal para una sublevación.

En las semanas
siguientes al incendio fueron detenidos 4.000 militantes del KPD y la
agrupación fue prohibida. Otros opositores al régimen nazi, como los
periodistas Egon Erwin Kisch y Carl von Ossietzki o el escritor Erich Mühsam,
también fueron detenidos.

Un día después
del incendio los nazis expidieron un «decreto para la protección del
pueblo del estado» con lo que, según dice el historiador Thomas Reithel en
unas declaraciones que publica hoy el diario «Jüdische Allgemeine»,
«sentaron las bases de la dictadura».

«A corto
plazo servía para justificar la persecución de rivales políticos, la
eliminación de los comunistas también tuvo influencia sobre las elecciones de
marzo», dijo Reithel.

En la noche misma
del incendio la policía detuvo al neerlandés Marinus van der Lübbe, un hombre
de 24 años que admitió su responsabilidad y aseguró haber actuado solo con el
propósito de llamar a los trabajadores alemanes a la resistencia contra el
nazismo.

Los nazis
aceptaron la autoría de Van der Lübbe pero no que hubiera actuado solo y veían
detrás suyo a los comunistas. La hipótesis contraria, que empezó a barajarse
desde el comienzo, fue que Van der Lübbe había actuado incitado por agentes
provocadores de los nazis para que el régimen tuviese un pretexto para desatar
la represión.

Hasta ahora no se
ha podido probar de forma contundente ninguna de las tres hipótesis. En los
años sesenta el historiador Hans Momsen se inclinó por la idea de que Van der
Lübbe, que fue ejecutado en 1934, había actuado solo y sin cómplices.


Más
recientemente, sin embargo, ha vuelto a ganar fuerza la teoría de que en el
hecho participaron más personas no solo como incitadores sino también como
autores materiales.

Por un lado hay
indicios de que Van der Lübbe no tuvo suficiente tiempo para desatar solo un
incendio de esas proporciones.

En todo caso,
entre los historiadores hay dudas de que algo pueda probarse alguna vez en una
u otra dirección.

Ahora Goerz
quiere, con base en fotografías de los hechos y en los informes técnicos de que
se dispone, determinar cómo se inició el fuego en el pleno y por qué allí el
desarrollo del incendio fue más rápido que en el lugar del edificio donde se le
había prendido fuego a material altamente inflamable.

En sus
investigaciones, para las que dice que todavía necesitará cerca de dos años,
también utilizará el archivo de Fritz Tobias, un funcionario del Ministerio de
Interior del estado federado de Baja Sajonia, muerto en 2011 a los 98 años, que
se hizo famoso como historiador aficionado por publicaciones sobre el incendio
del Reichtag.

Tobias defendió
siempre la tesis de que Marinus van der Lübbe había actuado solo.

EFE





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