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Rampla Juniors vive uno de los momentos más críticos de su historia.
Marcha último en la tabla del descenso de la Segunda División Profesional y, a
su vez, tiene serias dificultades económicas, las cuales hicieron que casi descendieran
a la Divisional C esta semana.
A principio de año, el Picapiedra fue adquirido por una
Sociedad Anónima Deportiva (SAD) encabezada por el magnate estadounidense
Foster Gillett, pero los últimos meses han sido complicados y se generaron unos
US$ 90.000 de deudas.
Si esos adeudos no se pagaban antes de este viernes, Rampla
no podría jugar la segunda rueda del campeonato de la B, por lo que descendería
a la tercera categoría del fútbol uruguayo por primera vez en su historia. Pero
en la jornada de hoy apareció el dinero.
“Rampla Juniors asegura la continuidad de la competencia”,
comenzó diciendo el comunicado que publicó el club este jueves, en el que
informa que “se ha efectuado el pago correspondiente a un mes de salario del plantel
principal”. Restan otros dos meses.
“Este paso reafirma el compromiso del INVERSOR con la institución,
sus jugadores y cuerpo técnico, garantizando la continuidad de la competencia
oficial. A pesar de las dificultades económicas, Rampla Juniors continúa trabajando
con responsabilidad y transparencia para honrar sus compromisos y defender con
dignidad nuestros colores”, cierra.
Rampla Juniors volverá a jugar este domingo 10 a las 15:00
horas frente a Fénix. Será local en su casa, el Estadio Olímpico, en el que no
ha jugado en todo el torneo.
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