Larissa Amaral da Silva, de 25 años, ganó una camioneta Jeep
Compass en un sorteo realizado por la empresa donde trabajaba como asistente de
contabilidad en la ciudad brasileña de Santos. Pero lo que parecía un sueño
hecho realidad se convirtió en un dolor de cabeza: el coche, valuado en cerca
de 26.000 dólares, presentó fallas mecánicas y tuvo que gastar alrededor del
10% de ese valor en reparaciones y trámites de traspaso.
Por estas “sorpresas”, la trabajadora habría cuestionado a la
empresa, que reaccionó con un despido fulminante y el retiro del coche.
La historia cobró estado público en los últimos días, luego
de que la joven relatara el caso en redes sociales.
El sorteo fue promovido por Quadri Contabilidade, en
diciembre de 2024, para sus empleados. En declaraciones al portal
noticioso G1, desde la compañía se informó que Amaral perdió el «derecho al
premio» por no cumplir con lo establecido en el reglamento, como mantener
la relación laboral durante al menos doce meses, alcanzar las metas
trimestrales y no entregar el auto a terceros.
Durante la fiesta de fin de año en la que se hizo el sorteo,
el dueño de la empresa, Rodrigo Morgado, anunció que “la final” sería entre dos
mujeres, una de ellas, Larissa. Momentos antes de la revelación de la ganadora, ella bromeó
diciendo que su corazón palpitaba «a 170 latidos por minuto», tal como se
aprecia en un video grabado en la ocasión.
Cuando se le preguntó cómo reaccionaría si fuera la
ganadora, respondió que «tendría un ataque al corazón». Luego se
realizó el sorteo. Al escuchar su nombre, Larissa celebró la victoria,
abrazando a su compañera y, más tarde, a Rodrigo Morgado.
En sus redes sociales, la joven manifestó que se sintió tomada por sorpresa por el
despido y argumentó que la medida pudo haber sido tomada por sus quejas sobre el
estado del vehículo.
«Hasta entonces me tenían en alta estima en la empresa,
así que no tiene sentido que me despidieran sin más. Esperamos que se haga
justicia», afirmó.
Según la mujer, el despido le fue comunicado por teléfono.
«Estaba trabajando desde casa, así que me llamaron y luego me enviaron
un mensaje diciendo que me habían despedido», agregó.
Paulo Ferreira, abogado de la trabajadora, reconoció que el caso
no es precisamente típico.
“Es un caso muy complejo, que involucra una relación laboral
y una disputa civil sobre el sorteo. Estamos analizando la documentación de
respaldo y estudiando la mejor estrategia de acción, que pronto se llevará a
los tribunales”, dijo el legista al citado medio
El patrocinador agregó que su defendida intentó negociar al
menos el reembolso de los gastos que hizo en el auto, pero no tuvo éxito y fue
despedida de la empresa el 10 de abril.
“Para colmo, se llevaron el coche sin mi autorización, a
pesar de que el documento ya estaba a mi nombre. Legalmente, intenté llegar a
un acuerdo con la empresa de buena fe, pero se negaron a resolver el caso sin
humillarme aún más”, expresó Amaral en redes sociales.
Por su parte, Quadri Contabilidad informó al mencionado
portal noticioso que la denunciante adhirió a los términos y condiciones
establecidos en el reglamento del sorteo, que “preveía requisitos para la
transferencia efectiva de la propiedad del vehículo, prevista para el 13 de
diciembre de 2025”.
Según la empresa, los requisitos eran «mantener una relación
laboral por un periodo mínimo de doce meses a la fecha de transferencia;
alcanzar las metas trimestrales establecidas, y asumir la plena responsabilidad
de todos los gastos inherentes al vehículo durante el período en que éste
permanezca en su posesión”.
En un comunicado, la firma indicó que la exempleada reportó
los problemas mecánicos y los costos de mantenimiento luego de cuatro meses de
ser propietaria del vehículo. Por ello, la empresa se ofreció a investigar la
situación.
Según Quadri, durante la investigación interna se descubrió
que Larissa “estaba utilizando el vehículo para alquilarlo a terceros, en
flagrante incumplimiento de una de las cláusulas expresas del reglamento del
sorteo”. Por lo tanto, la joven fue descalificada y perdió el derecho al
premio.
Tras conocerse el alquiler del vehículo, los
propietarios de la empresa resolvieron que no estaba dadas “las condiciones
para que la empleada continuara trabajando en la empresa, por lo que se
formalizó el despido de la Sra. Larissa y se le pagó la totalidad de su
indemnización”.
