El padre de Agustín Cajtak, el joven de 18 años que falleció junto a su novia Lola Ferreres en un siniestro de tránsito en Piriápolis, habló por primera vez tras la tragedia y apuntó a que su hijo no fue responsable del choque.
En entrevista con Telemundo, Marcos Cajtak relató cómo recibió la noticia. “Me tocó enterrar a mis padres, jóvenes los dos, y esto me dolió porque fue un accidente, algo que uno no espera. Una cosa es que se te muera un hijo o un pariente que está enfermo, pero levantarte 6:30 de la mañana con la noticia que no querés escuchar…” expresó.
El hombre explicó que decidió hablar para “aclarar barbaridades” que escuchó tras el accidente. “En el momento que me llaman, como padre quería saber si había sido culpa de él, si se había mandado una macana, y lo primero que me dijeron era que había un testigo que dijo que el auto iba bien, que iba despacio”, contó.
Según detalló, un amigo de su hijo, Nacho, les mostró la información del recorrido mediante una aplicación que registraba la velocidad del vehículo. “Ahí pudimos ver todo el recorrido, que fueron cuatro kilómetros, y en el momento del impacto eran 63 km/h. El abogado fue, sacó fotos del lugar, y el auto impacta en su carril, no se movió a ningún lado”, aseguró.
Cajtak agregó que el vehículo que chocó contra el de su hijo “iba entre 120 y 150 km/h por cómo se movieron los autos”, aunque hasta el momento las autoridades no se han pronunciado sobre las causas del siniestro.
También insistió en que su hijo era “responsable”, que “no tomaba alcohol” y que “no era fierrero”. “Estoy casi seguro que estaba usando el cinto porque lo sacaron de adentro del auto”, afirmó, y resumió que lo ocurrido “fue una cagada, no lo tomo como un accidente”.
Consultado sobre cómo recordaba a Agustín, respondió: “Era ese que estás esperando que crezca para saber cómo lo sacaste. Era superbueno. Era casi perfecto. Dio la casualidad de que estuvo cinco días trabajando conmigo, pero porque yo quería que estuviera conmigo”.
El siniestro ocurrió en la madrugada del domingo, sobre las 4:30 horas, a la altura del kilómetro 2,500 de Camino Los Arrayanes, que une Piriápolis con la Interbalnearia. Dos vehículos que circulaban en sentido contrario chocaron de frente. En uno iban Agustín y Lola, que murieron en el lugar. En el otro, dos jóvenes de 22 y 24 años resultaron gravemente heridos.
Además, un tercer vehículo —una camioneta conducida por un policía de Cerro Largo— resultó con un roce y su conductor dio positivo en la espirometría.
En una nota anterior, Montevideo Portal había informado que Agustín era recordado por familiares y amigos como “un gurí sano y responsable”, apasionado por los autos y cuidadoso al conducir. El joven había instalado un GPS en su vehículo, que permitió conocer la velocidad exacta antes del impacto. Su padre, que le había pintado el auto semanas antes, publicó en redes la última foto que les tomó a su hijo y a su novia, sin saber que sería la última.