«He sufrido mucho en silencio»: una mujer denuncia a Adolfo Suárez por presunta agresión sexual

Una mujer denunció que el expresidente de España, Adolfo Suárez (1976-1981), fallecido en 2014, abusó sexualmente de ella cuando tenía 17 años y él, 50.

«He sufrido mucho en silencio, he necesitado ayuda psicológica, como he podido he ido sobreviviendo (…) Me gustaría que me dieses una explicación de por qué me tocó ser un juguete», reclamó Ariadna, nombre ficticio de la denunciante para proteger su identidad, en una carta que le escribió al exmandatario el 29 de julio de 2003 y que fue publicada por elDiario.es. 

En un extenso reportaje, que incluye una entrevista con la víctima que hoy tiene 60 años, el medio español reveló que, a principios de diciembre, ella se presentó ante la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional para denunciar formalmente por supuesta agresión sexual a Suárez y a dos de sus colaboradores por encubrimiento o complicidad.

Los abusos habrían ocurrido entre 1982 y 1985, cuando Suárez ya había dejado la primera presidencia democrática que representó la transición política de España luego de los 39 años de la dictadura de Francisco Franco (1936-1975).

Los episodios

De acuerdo con su relato, en 1982, cuando era adolescente le escribió a Suárez para pedirle recomendaciones sobre sus estudios. El expresidente la llamó por teléfono y la citó en su despacho. Se vieron por primera vez el 23 de noviembre y Suárez le preguntó acerca de sus intereses académicos y le prometió ayudarla, pero luego le hizo preguntas personales que la hicieron sentir incómoda, como si tenía novio o si usaba anticonceptivos.

El 4 de marzo de 1983, Suárez volvió a citarla en su despacho. Se sentaron en un sofá, pero de repente el político la tironeó hacia él, la besó a la fuerza y le dijo que abriera la boca para meterle la lengua mientras le manoseaba los pechos. Luego la obligó a practicarle sexo oral, eyaculó afuera y se limpió con un pañuelo. Ariadna se bloqueó, no pudo reaccionar ni definir lo que había pasado. Solo lloró. Años más tarde, su psicóloga le explicó que había sido una violación.

En los meses siguientes ocurrieron episodios similares porque, dado el poder y la influencia de Suárez, Ariadna no sabía cómo terminar con la relación ni con las agresiones que pasaron del despacho a la casa del expresidente. Tenía miedo. Recién a fines de 1985 pudo escribirle una carta para pedirle que la dejara en paz. Suárez le respondió diciéndole que no aceptaba su «renuncia» y la acosó, al presentarse frente a su casa, pero ya nunca más volvió a verlo.

Los años siguientes, Ariadna padeció fuertes depresiones, hizo terapia y entendió que había sido víctima de abuso sexual. El dolor es permanente porque durante todo este tiempo tuvo que aguantar los homenajes públicos al exmandatario. A sabiendas de que la causa está prescrita y el imputado, muerto, la mujer decidió interponer la denuncia como una manera de reparación personal.