“Hay algún malentendido y ese malentendido será nuestra
ruina”, escribió una vez Franz Kafka, palabras cuya tangible veracidad se
comprueban cada día.
Buen ejemplo de ello es el sangriento episodio ocurrido ayer
en la localidad costarricense de Escazú, hecho que culminó con un hombre
asesinado de doce disparos.
Según consigna el medio local La Teja, el occiso fue
identificado como Otoniel Orozco Mendoza, de 53 años, mientras que el matador
es un hombre de apellido Ramírez, vecino de la víctima.
El crimen se produjo luego de que una simple discusión por
un asunto menor escalara y pasara a la violencia física. Tal como se aprecia en
el registro, la compañera de Ramírez acusa a sus vecinos de manipular su llave
de paso del agua, algo que estos niegan. En ese momento puede verse al
perpetrador salir de su casa y acomodar un arma entre sus ropas.
La discusión se calienta rápidamente y Orozco se enfurece,
propinado un puñetazo a Ramírez, cuya reacción es desmesurada y letal: empuña
su pistola y descerraja doce tiros sobre su adversario.
Tras cometer el salvaje crimen, el homicida fue detenido por
la policía local.
A modo de corolario de semejante brutalidad, el periódico
costarricense Observador apuntó un detalle revelador: en esa zona de la ciudad había un
corte de agua programado, por lo que el faltante de líquido no se debía a un cierre
de la llave de paso.
“Valga indicar que Acueductos y Alcantarillados había
informado con antelación que se suspendería el servicio de agua en ese sector
de Guachipelín a partir de este lunes”, dice el informe.
LAS IMÁGENES PUEDEN HERIR LA SENSIBILIDAD
Otoniel Orozco Mendoza recibió diez balazos en un pleito con un vecino por una llave de paso en el condominio Río Palma, en Guachipelín de Escazú. pic.twitter.com/FqCEL1zpn2
— ¡Qué Torta! (@quetortacr) June 3, 2024