Por Joaquín Symonds
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En las últimas horas, un inversor presentó una denuncia por estafa contra Daniela Cabral, viuda de Gustavo Basso y una de las imputadas en el caso Conexión Ganadera.
Cabral tiene una investigación formalizada en su contra por un delito de estafa, por lo que cumple prisión domiciliaria como medida cautelar, mientras la Fiscalía continúa con las indagatorias.
El caso denunciado por el inversor —quien desde hace varios años mantenía un vínculo comercial con Basso— se originó luego de que el fundador de Conexión Ganadera se suicidara en un auto en la ruta 5.
De acuerdo con el documento al que accedió Montevideo Portal, el denunciante mantenía un contacto fluido con Basso, ya que cada seis meses debía recibir dinero que le correspondía por concepto de warrants de arroz.
Antes de que el empresario se quitara la vida, le había entregado un cheque por US$ 270.000, con fecha de cobro el 20 de enero de 2025. Tras el fallecimiento de Basso, el hombre consiguió el contacto de Cabral y le explicó la situación, dado que desde Scotiabank le habían rechazado el pago por la inhabilitación de la cuenta.
Según la denuncia, Cabral le explicó por teléfono que eso había ocurrido porque estaban en un proceso de sucesión, por lo que las cuentas de Basso no podían realizar movimientos.
De todos modos, le pidió que no se preocupara, le solicitó la dirección de su casa y le aseguró que iría hasta allí. Dos días después —según el documento— Cabral llegó a la vivienda en un Uber para firmar otro cheque.
Le explicó que no podía emitir el documento desde Scotiabank porque no tenía autorización para usar la cuenta de su marido, y que debía hacerlo desde una cuenta del HSBC. Cabral le entregó un nuevo cheque por el mismo monto y se retiró.
El inversor podía cobrarlo el 28 de enero, pero el pago nunca se concretó: en el HSBC le informaron que el cheque no estaba habilitado.
El denunciante señaló que intentó comunicarse nuevamente con Cabral, pero ella no volvió a responderle las llamadas. Tras insistir en varias ocasiones y lograr contactar a otros integrantes de la familia Basso, finalmente le pagaron menos de US$ 40.000.
El hombre relató que tenía una relación de 21 años con Basso, iniciada cuando comenzó a invertir en warrants de arroz, por los que el empresario cobraba una comisión. Cada seis meses se abonaban los intereses del préstamo, que en algunos casos se sumaban al capital invertido, lo que incrementaba tanto el capital como los intereses generados.
El inversor afirmó que, al momento de los hechos denunciados, no era pública la situación financiera de Conexión Ganadera, y que lo único que se rumoreaba entonces era que Basso se había suicidado.
Por Joaquín Symonds
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