play_arrow

keyboard_arrow_right

Listeners:

Top listeners:

skip_previous skip_next
00:00 00:00
chevron_left
  • play_arrow

    Hiperactiva Escucha a diario toda la música de moda, con los grandes éxitos de conocidos artistas internacionales, en esta emisora online que retransmite al resto del mundo desde Minas de Corrales, Uruguay.

Noticias Nacionales

“La alienación parental es un maltrato infantil silenciado”

todayoctubre 5, 2025

Fondo


Por María Noel Domínguez

Alienación parental, violencia vicaria y bullying. Silvana Giachero alerta sobre formas silenciadas de maltrato infantil y de todo eso conversó con Montevideo Portal. La especialista en psicología jurídica y perito forense habla sobre la resistencia académica e ideológica en torno a la alienación parental, su vínculo con la violencia vicaria, los riesgos para la salud mental de los niños y adolescentes, y los desafíos en la prevención del bullying.

Silvana Giachero no suele esquivar la polémica. Psicóloga uruguaya especializada en psicología jurídica y análisis de credibilidad del testimonio —formada en Chile y con inserción internacional— lleva años investigando fenómenos como el mobbing, el bullying y la alienación parental.
Su postura le ha valido críticas, resistencias y hasta intentos de
silenciamiento. Sin embargo, insiste en que se trata de una forma de maltrato
infantil que no puede seguir negándose: “Hay evidencia científica, hay secuelas
graves y, aunque incomode, hay que hablar de esto”, sostiene.

Debate internacional

“En Chile estudié psicología jurídica y análisis de credibilidad del testimonio. La alienación parental la empecé a investigar por mi cuenta, cuando se dio el caso Mariano.”, recuerda. Al comparar lo que ocurría en esas familias con otras dinámicas sociales, encontró un patrón común: “Me
pareció muy parecido al mobbing o al bullying. Son como guiones repetidos en
distintos escenarios: hostigamiento, aislamiento, daño y un desequilibrio de
poder”.

Esa búsqueda la llevó a integrar Garipa, un grupo internacional de científicos liderado por el psiquiatra estadounidense William Bernet, uno de los principales investigadores en la materia. “Hoy él está trabajando en lo que se llama trastorno por alienación parental, que sería el
sustituto del concepto de síndrome de alienación parental, y que se quiere
incluir en el manual de psiquiatría y en la CIE-11”, explica.

También realizó un diplomado en la Universidad de Bolívar, donde luego quedó como docente. Publicó artículos académicos —incluido uno en la revista La Ley— y sostiene que, a pesar de la resistencia, la alienación parental debe considerarse una forma de maltrato infantil: “Está muy
silenciada y genera secuelas muy graves”.

Ciencia vs. ideología

¿Por qué el tema está tan cuestionado? Según Giachero, existen dos frentes. “Por un lado, el lobby feminista, que ha sido negacionista del concepto. Por otro, la propia academia, que no logró consenso sobre el ‘síndrome de alienación parental’. Eso impidió incluirlo en el manual de
psiquiatría”
, detalla.

Cuenta que cuando Richard Gardner, el investigador que popularizó el término en los años ochenta, afirmó que eran mayoritariamente las madres quienes alienaban, “se encontró con una fuerte resistencia del feminismo en auge”. Desde entonces, dice, se instaló una campaña de desprestigio que aún
pesa. “Se tergiversaron sus ideas, se lo difamó, incluso lo acusaron falsamente
de pedofilia. Eso frenó el avance del concepto”.

Sin embargo, insiste en que más allá de las etiquetas, los comportamientos alienantes existen: “Es cuando se le va taladrando la cabeza al niño en contra del otro progenitor hasta que termina rechazándolo sin fundamentos. Eso produce daño, y hoy se estudia como trastorno por alienación
parental”.

“Un niño que odia a un progenitor termina odiando una parte de sí mismo”

Un fenómeno frecuente pero invisibilizado

Giachero asegura que es un fenómeno cotidiano: “Cada vez hay más separaciones conflictivas y ya no existe la figura mediadora que antes cumplía la Fiscalía. Los adultos arrastran su conflicto y terminan contaminando a los niños”.

A su juicio, incluso un padre o madre “con fallas” es mejor que la ausencia total: “Siempre es más saludable que exista, aunque no sea el mejor, que lidiar con el vacío. El vacío genera más sufrimiento. Y si el niño termina creyendo que su progenitor es un monstruo, eso también le genera un
conflicto interno, porque siente que esa genética está en él”.

Los riesgos, advierte, son altos: “En la adolescencia muchos desarrollan un trastorno límite de la personalidad. En una sociedad en la que hablamos tanto de salud mental, no visibilizar esta forma de maltrato es un error. Igual que el bullying o el mobbing, puede llevar incluso a intentos de suicidio”.

La violencia vicaria en debate

En las últimas semanas, tras un caso de filicidio en Uruguay, el término “violencia vicaria” volvió a la agenda. Giachero reaccionó de inmediato. “Me indignó. No se sabía nada aún y ya estaban usando la tragedia para instalar un concepto ideológico”, sostiene.

Explica que la idea original de violencia vicaria fue desarrollada por una investigadora australiana para referirse al daño colateral que sufrían los niños en contextos de divorcio y violencia doméstica. “Pero Sonia Vaccaro, una activista feminista argentina radicada en España, lo tomó, lo
tergiversó y lo redujo a que solo los varones usan a los hijos para vengarse de
las madres. Eso no es ciencia, es un recorte ideológico”.

Según Giachero, ese discurso se usa para impulsar proyectos de ley que “terminan criminalizando más a los hombres y olvidando a los niños, que pasan a ser meros instrumentos”. A su juicio, la discusión debería centrarse en los datos y en evaluar los beneficios de la tenencia compartida,
que —asegura— ha mejorado la vida de muchos hijos e incluso de las propias
madres.

Educación, no miedo

La psicóloga sostiene que en Uruguay el tema todavía enfrenta un gran tabú. “En la Fiscalía se dice que el síndrome de alienación parental es falso. En la Facultad de Psicología también. Y tienen razón en algo: no existe como categoría diagnóstica. Pero la alienación parental sí existe. Es de sentido
común”, afirma.

Relata que incluso cuando presentó pericias con ese término, se le cerraron puertas. “Por eso insisto en la educación. No hay que tener miedo. Muchos colegas piensan igual, pero callan. Yo trato de enseñar, mostrar la evidencia. El juez necesita herramientas para detectar cuándo hay
implantación de memorias o manipulación”.

Y recuerda que algo similar ocurrió cuando empezó a hablar de mobbing y bullying: “Al principio me lincharon, los colegios me cerraban las puertas. Hoy hay sentencias y mayor conciencia. Con la alienación parental va a pasar lo mismo”.

El método VERO: prevenir el bullying

Además de su tarea académica, Giachero desarrolla proyectos de prevención del bullying. Uno de ellos es el Método VERO, una plataforma que diseñó el año pasado y que lleva su segundo nombre, inspirado en la figura bíblica de Verónica, quien se acercó a Jesús en la crucifixión para
darle agua y secarle el sudor.

“La prevención está en que los niños no se alíen con el hostigador, sino con la víctima. Si el hostigador queda solo, no puede hacer bullying. Es un cambio cultural”, explica. Su idea es que colegios y comercios adopten el sello del método VERO como compromiso social.

“Hoy tenemos niños de ocho años que intentan suicidarse. Padres devastados porque no pueden dejarlos solos. Y colegios que aún expulsan a las víctimas en vez de contenerlas. ¿Es tan difícil implementar un sistema de prevención en un país tan chico como el nuestro?”, se pregunta.

Próximos pasos

Lejos de detenerse, Giachero planea seguir ampliando su producción académica. “Quiero actualizar mi libro Mobbing y bullying con un capítulo sobre alienación parental. Ya tengo un artículo dirigido a jueces y abogados para fundamentar científicamente su existencia. También pienso
organizar un congreso o talleres”, adelanta.

Mientras tanto, continúa con su labor clínica, donde aplica terapia EMDR, y con proyectos de investigación y docencia. “Soy obsesiva con mis pacientes, no los dejo hasta que salen adelante. Pero lo que me mueve es estudiar y transmitir lo que aprendo. Mi poder está en eso, no en el lobby. Y
sé que tarde o temprano, como pasó con el bullying, vamos a lograr un cambio
cultural”.

Por María Noel Domínguez





Source link

Escrito por hiperactivafm


0%