LA CUEVA DE LOS LADRONES

Es falso que la obra pública genera trabajo como nos dicen los políticos en los brazos enyesados de los sostenedores de micrófonos de medios de comunicación pagos con la publicidad del Estado (publica). 

Hay que financiarlas, las paga Juan Pueblo, en cada gravamen que pagamos diariamente en todos los elementos de consumo.. 

Y se financian con impuestos, o con deuda, como lo hizo el gobierno de Lacalle Pou y antes Tabaré Vázquez. 

La obra pública no genera puestos de trabajo; esa es la gran mentira que también festeja 40 años, como la Democracia tutelada en que vivimos, genera impuestos. 

Reitero, no genera trabajo, genera impuestos.

El Ministerio de Transporte y Obras Públicas debería ser auditado externamente en forma obligatoria año a año. El ministro nombrado debería cumplir requisitos personales y de probada idoneidad en los temas relacionados con la cartera. 

Tuvimos 10 años al señor Rossi como Ministro de Tabaré Vázquez, cuya especialidad era cortar boletos en un ómnibus de pasajeros urbanos. 

Tuvimos al señor Luis A. Heber, cuya especialidad fue durante 40 años ser un hábil manipulador político en el parlamento, reiteradamente electo en una banca, por la permanencia lastimosamente de las listas sábanas. 

O el recordado señor Juan Carlos Raffo en el gobierno de Lacalle Pou. 

O el renunciado señor Juan Carlos Ovalle por un caso de corrupción gravísimo. 

El Ministerio de transporte y obras públicas es el principal foco de corrupción que se debería investigar en forma permanente con auditores especializados. 

Eliminar o darle jerarquía al Tribunal de cuentas, que es solo una cueva de políticos fracasados.

Hay una asociación sospechosa de empresas que contratan con ese ministerio, que fijan precios absolutamente abultados en forma monopolística, con licitaciones nefastas para los intereses públicos. 

Cómo será el CURRO, que las 4 o 5 empresas privadas que contratan miles de millones de dólares con esta cartera, construyen sociedades entre ellos y se reparten las megaobras.

No es casualidad, que a un ministro se le conozca como el “Señor 15%”. 

Ahí está el foco, por allí está el escape de ríos de millones de dólares de salida, que se pagan directamente con IMPUESTOS. 

No vendrá la corrección de quiénes están involucrados en las presuntas maniobras delictivas.

No es lógico que alguien que está en el poder, se controle a sí mismo. 

Ese es trabajo para los uruguayos honestos que dejen de lado el tristemente famoso “No te metas”, para asumir nuestra propia responsabilidad. 

Es momento de resolver si queremos meternos o seguir siendo cómplices de asociaciones criminales para delinquir de cuello duro que han fundido el Uruguay, endeudándolo hasta el infinito.