La resistencia a los antibióticos representa una
«pandemia silenciosa», según el presidente de la Agencia Italiana del
Medicamento (AIFA), Robert Nisticò, quien alertó que este fenómeno provoca
12.000 muertes anuales en Italia y supone un coste de 2.400 millones de euros
para el sistema sanitario nacional.
«Según las estimaciones de la Agencia Europea del Medicamento, esta crisis
impacta con 2.400 millones de euros anuales y con 2,7 millones de camas
ocupadas debido a estas infecciones», dijo Nisticò en unas declaraciones
recogidas en el informe 2025 de la AIFA sobre los antibióticos.
Tras una leve disminución en el consumo de antibióticos y en la resistencia
bacteriana durante los primeros años de la pandemia, ambos valores volvieron a
crecer en 2023 e Italia se ha colocado en el séptimo lugar entre los países de
la Unión Europea con mayor consumo de antibióticos, con niveles un 15 %
superiores a la media.
Ese año, el consumo total de antibióticos de uso sistémico, tanto en el sector
público como en el privado, alcanzó las 22,4 dosis diarias por cada mil
habitantes, lo que representa un aumento del 5,4 % en comparación con 2022,
mientras que los de uso local registraron un incremento del 4,3 %, alcanzando
las 28 dosis diarias por cada mil habitantes.
El informe destaca que el Índice de Resistencia a los Medicamentos (DRI), que
mide tanto el consumo de antibióticos como la resistencia bacteriana, sigue en
aumento en la mayoría de las regiones del país y afecta a microorganismos
clave, lo que podría resultar en un mayor número de víctimas que las 12.000
muertes anuales estimadas por el Centro Europeo para la Prevención y Control de
Enfermedades (ECDC).
La AIFA alerta de que no solo preocupa el consumo total, sino «el tipo de
antibióticos que se están prescribiendo» tras observar un incremento en el
uso de antibióticos de amplio espectro, los cuales «presentan un mayor
riesgo de generar resistencia bacteriana».
También señala que el consumo de antibióticos en hospitales aumentó un 1,3 % en
comparación con 2022 y un 8,8 % entre 2019 y 2023, lo cual se considera una
tendencia «preocupante» porque contradice la meta del Plan Nacional
de Lucha contra la Resistencia a los Antibióticos, que marcó como objetivo
reducir este consumo en un 5 % para 2025, en comparación con los niveles de
2022.
A pesar de los esfuerzos para controlar el uso de antibióticos, el informe
destaca que Italia sigue sin alcanzar el objetivo del 65 % establecido por la
Unión Europea para el uso prioritario de antibióticos del grupo Access, que deberían
ser la primera o segunda opción en el tratamiento de infecciones comunes, con
un menor impacto en la resistencia bacteriana.
EFE