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Una fuga de más de 500 días terminó este miércoles en Lanús, donde detuvieron a Micaela “Cachorra” Vargas, la viuda negra de 29 años buscada por el homicidio de José David Silva, un hombre de 61 años que se había enamorado de ella y al que mataron de siete puñaladas en junio de 2024 en un apartamento del barrio porteño de San Cristóbal.
Según informó La Nación, la captura ocurrió en el cruce de la avenida 9 de Julio, entre Pergamino y Luján, cuando efectivos la abordaron en plena calle. Vargas estaba con un hombre —su nueva pareja— que, desconcertado, intentó explicar que vivían juntos. Ella solo dijo su nombre antes de ser esposada.
?? ACUSAN A UNA MUJER APODADA «CACHORRA» DE MATAR A UN HOMBRE EN MODALIDAD VIUDA NEGRA: ASÍ LA ATRAPARON
– Operativo de la DDI de Quilmes en el centro de Lanús.
– Policía de la Ciudad ya había atrapado a otro acusado.
– El crimen fue en Constitución en 2024. pic.twitter.com/hIszA4FVZF— Vía Szeta (@mauroszeta) December 3, 2025
El caso se remonta al 5 de junio de 2024. Según el expediente, “Cachorra” había iniciado una relación con Silva, quien creía que era su novia. Ese día fue a visitarlo, pero no sola: la acompañaba Leandro Damián Díaz, de 35 años, su pareja real y cómplice. La víctima les abrió la puerta sin sospechar que lo atacarían en el baño de su casa. El espacio reducido le impidió defenderse y murió desangrado por un corte que le seccionó la carótida y la yugular.
Tras el crimen, los agresores se llevaron el celular, la billetera y 165.000 pesos argentinos (en ese entonces unos US$ 113) que Silva había retirado para el arreglo de su auto.
Asimismo, también intentaron alterar la escena: el bidet apareció abierto y tapado con toallas, y el cuchillo fue hallado junto a las manos del cuerpo. El cadáver fue descubierto al día siguiente, cuando vecinos ingresaron por una pérdida de agua.
La reconstrucción del caso se basó en cámaras, comunicaciones telefónicas y testigos. Una vecina vio a Silva con una joven y un hombre corpulento el día anterior. Otro testigo declaró que la víctima hablaba de “la cachorra”, una mujer joven que le pedía regalos. La empleada doméstica confirmó que el hombre decía estar en pareja con una chica mucho menor.
El análisis de antenas fue decisivo, ya que se encontró que los teléfonos de Silva, Vargas y Díaz tuvieron movimientos coincidentes en la franja horaria del homicidio y luego rumbo a La Matanza. Para la Justicia, ambos actuaron como una dupla dedicada a la modalidad de “viuda negra”.
Díaz había sido detenido dos meses atrás en Chaco, viviendo en situación de calle tras abandonar un domicilio en Formosa. Fue procesado con prisión preventiva por homicidio agravado por ensañamiento, alevosía y para facilitar otro delito, además de un embargo por 20 millones de pesos argentinos (US$ 13.800). En su resolución, el juez destacó “la ventaja que significó la actuación en conjunto y la diferencia corporal y etaria”, lo que colocó a la víctima “en un claro estado de indefensión”.
Vargas, en cambio, logró ocultarse más de un año, e incluso llegó a formar una nueva vida en Lanús.
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