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Mauricio
Larriera habló en conferencia de prensa tras el 1-0 de Peñarol sobre Wanderers
en el Campeón del Siglo, un partido del que dijo que en lo previo se presentaba
“muy complicado desde la gestión de
las emociones y desde lo futbolístico también porque Wanderers es un muy buen
equipo, con buenos futbolísticos y que está peleando arriba”.

“Me quedo contento por la gente, que está
sufriendo esta crisis futbolística que nos lleva a no lograr los resultados que
estamos buscando. Lo tomo con mucha templanza. Hace un año y cuatro meses que
estoy en este maravilloso y gigante club. Este tipo de cuestiones debemos ir
sorteándolas de una manera que a veces no es la que trabajamos ni por el camino
que hemos seguido en lo futbolístico, pero en estos momentos el fin justifica
los medios para lograr victorias”, remarcó.

“Quiero ganar de una forma; quiero entrar
por la puerta y si no puedo me meto por la ventana o por la chimenea, pero
siempre dentro del reglamento. El año pasado vivimos cosas que si hubieran sido
reglamentarias, éramos campeones antes”, dijo, e insistió en el año pasado
porque “nadie creía que se pudiera jugar como se jugó”. “Al final se reconoció
porque fuimos campeones, pero si (el tiro de Jesús Trindade) no pega en la
espalda de un jugador de Sud América capaz que hoy yo no estaba acá”, señaló.

“Hay que cambiar las hojas, mas no las
raíces”

“Lo tomo con la templanza que descubrí el
año pasado cuando pasé otro tipo de crisis, no tan futbolística, y pude
sortearla con entereza y siempre agradecido y acompañado por los futbolistas con
los que me ha tocado trabajar el año pasado y este. Estamos en un momento en
que el ambiente está un poco hostil, y es normal por los resultados. Eso
también pesa en los futbolistas. Hoy había muchos jóvenes, pero le pasó a los
jóvenes y a los veteranos. Son cuestiones que hay que ir manejando y
gestionando desde adentro, y que no tienen que ver con lo futbolístico”,
explicó.

“Los errores no forzados, que fueron lo
que más notamos y por los que le permitíamos a los rivales hacer transiciones
rápidas, tienen que ver con querer hacer las cosas de una manera y que no salieran.
Eso juega en el estado de ánimo, que es algo muy importante en el fútbol. Eso
nos fue quitando confianza. Empezamos el partido volviendo a ver esos circuitos
del año pasado, cuando hubo un cambio de paradigma con un juego que a mucha
gente no le gustaba. Dejamos la vara alta y este año no hemos podido lograr más
minutos de esa intención de juego”, dijo, y lamentó que el equipo no ha podido
capitalizar todas las situaciones generadas.

“Hace varias fechas dije que estaba
buscando un camino de optimizar los recursos humanos que tenemos y de generar
una confianza que se genera con los buenos resultados. Este es un año en el que
estamos construyendo hacia algo más pragmático. Hay que cambiar las hojas, mas
no las raíces. Mis raíces son unas y lo que trabajamos diariamente, en un
ambiente de armonía aún en los malos resultados, van por un lado. Son las
raíces que están ahí. Pero las hojas hay que cambiarlas porque el fin justifica
los medios y hay que ganar. Hay que optimizar los recursos humanos que tenemos
y por eso yo también quiero transformarme, crecer y desarrollarme hacia algo
más pragmático como entrenador”, reconoció.

El apriete del sábado: “Es normal porque
está normalizado”

Consultado por las pintadas y el apriete que
sufrió el plantel en la concentración del sábado en Los Aromos, lamentó que “ese
tipo de cosas están socialmente naturalizadas”. “La primera charla que tuve con
parte de la hinchada fue en el exterior y había cuatro o cinco muchachos que estaban
armados. No importa, ya está, ya fue. No pasó a mayores. Pero tuvimos que conversar.
Lo veo con cierta naturalidad porque socialmente está naturalizado. Entiendo
que es muy difícil que esa situación tenga efecto positivo. No creo que eso a mí
me lleve a mejorar los cambios o el equipo”, opinó.

“No conozco muchas formas de mejorar las
cosas; creo que hay una forma sola, y con total honestidad le metemos horas de
trabajo y huevo. Yo no sé si los futbolistas van a dar un mejor pase o si van a
definir mejor con ese tipo de situaciones, pero también entiendo al hincha que pueda
estar enojado y quiere hacerse escuchar. Quizás no sea la manera. Muchas veces
a esas mismas situaciones, cuando son para adelante, se les llama ‘banderazo’.
Cuando es un reclamo parece que es malo. Vamos a ponernos de acuerdo, pero lo
digo a nivel social y gubernamental”, añadió.

“Sí me dolió. Entiendo el enojo y todo, y no
tengo mucha idea porque escuché cánticos nomás. Para la gente de Peñarol tengo
sólo una palabra y es ‘gracias’ por lo que me han hecho vivir. El año pasado,
como cuando se gana, estamos todos contentos. (Ahora) Me pareció injusto y me
hubiese gustado estar cerca de los jugadores en esa situación porque creo que
no merecemos ese tipo de cosas, pero lo entiendo y lo naturalizo porque está
naturalizado y es algo normal. Ojalá que no pase más porque creo que es
injusto. Seguiremos trabajando para mejorar, para conformar a la gente que está
desconforme y para lograr resultados, que es lo que nos moviliza a todos”,
agregó

Respecto a cómo lo tomó el plantel, fue
claro: “De la misma manera que yo. Lo hablamos y es algo que se ha naturalizado.
No lo hablamos mucho más. Hay que ver cómo impacta en la gente más joven. Yo
hace un año y cuatro meses que estoy. No sé qué hubiese pasado cuando iniciamos
este camino en Peñarol, porque no había público y la gente no se podía
manifestar. Porque aquel Clausura fue nefasto para los intereses del club. Los
muchachos han visto que esto pasó, pasa y quizás siga pasando”. “Ojalá que no,
para que no pase a mayores, porque hay un límite muy fino en estas cosas. Creo
que lo recibieron con cierta normalidad porque socialmente está normalizado”,
reiteró.

Gargano: “Entrenó con normalidad. De lo
contrario no lo arriesgaba”

Cuando se le preguntó por Walter Gargano y
su condición física, considerando que lo sustituyó en los últimos dos partidos
y que se mencionó que estaba en duda para este domingo, fue claro: “A mí la
sanidad en ningún momento me dijo que estaba sentido. Pero tengo un
conocimiento, una relación y un ida y vuelta con Walter, que para mí estaba con
alguna molestia”.

“Después que lo sacamos en la semana
estaba con cierta normalidad, y cuando está normal es un jugador fundamental.
Durante el recorrido del partido, más allá de que tenía tarjeta y eso en algún
momento lo hizo frenarse, veía que iba bajando su rendimiento físico. Pero
cuando tenía pensado sacarlo, venía una corrida, una aceleración o una pelota
filtrada. Lo vi muy bien en la semana y entrenó con normalidad. De lo contrario
no lo arriesgaba”, concluyó.

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