Diversos
ministros de Pesca y altos representantes del sector de organismos
internacionales reclamaron en la Conferencia del Decenio del Océano de
Barcelona mayor asesoramiento de la ciencia oceánica para poder desarrollar las
actividades de la ‘economía azul’ de la forma más sostenible posible.
La protección de
los océanos de la actividad humana es uno de los objetivos de la investigación
científica, cuyo mayor apoyo está siendo unánime en esta conferencia que se ha
iniciado este miércoles, organizada por la Unesco y que reúne a unas 1.500 personas
en la ciudad para trazar las líneas de actuación que puede ofrecer la ciencia
en la salvaguarda de los mares de todo el mundo.
La ministra de
Pesca de Noruega, Cecilie Myrseth, ha pedido a la comunidad científica «el
máximo asesoramiento» para poder desarrollar la actividad pesquera y el
resto de actividades dentro de la denominada «economía azul» de la
manera «más justa y sostenible».
Myrseth ha
apuntado el «compromiso» de su país con la protección de los océanos,
pero ha llamado la atención sobre el hecho de que más del 70 % del sector no
toma las medidas más adecuadas para proteger de la mejor manera el gran azul de
los efectos de su actividad.
«Debemos
tomar medidas a partir de la ciencia para seguir teniendo al océano como fuente
de alimentación para el futuro de la humanidad, pero entendiendo y respetando
el océano como ecosistema vulnerable», ha apuntado.
La ministra
noruega ha ofrecido el «conocimiento independiente del Atlántico
Norte» sobre los océanos para el resto del mundo, si bien ha apuntado que
esa ciencia «debe expandirse y fortalecerse mediante la cooperación
internacional».
Por su parte,
otra de las voces más claras ha sido la del subdirector General de la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO), Manuel Barange, que ha pedido igualmente que los científicos hagan de
«intermediarios honestos» y den indicaciones a los mandatarios para
encontrar una manera de desarrollo sostenible.
«Vivimos en
un momento de tensión política y de desafíos medioambientales», ha
reconocido Barange.
Sin embargo, ha
sostenido que, ante el aumento de población, es necesario «romper el
vínculo histórico entre la degradación social y el desarrollo económico».
En este sentido,
ha hecho un llamamiento a «aprovechar el poder de la ciencia y la
colaboración para hacer que el océano sea un motor para el desarrollo
equitativo».
«La ciencia
puede y debe ser una herramienta de unificación», ha asegurado Barange.
Por esto, la FAO
está desarrollando, ha recordado, una hoja de ruta con el objetivo de poner fin
al hambre sin exceder los límites que marca el Acuerdo de París.
EFE