Emmanuel Macron y
Marine Le Pen repetirán en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales
francesas su duelo de 2017, después de que la primera ronda de este domingo
dejara al presidente saliente con un margen de ventaja algo mayor al previsto
por las encuestas.

El anuncio de los
resultados coincidió con llamamientos de la mayoría de los candidatos
derrotados para establecer un nuevo «cordón sanitario» y evitar que
la ultraderechista Le Pen alcance la jefatura del Estado en la segunda vuelta
del 24 de abril.

Con el 85 % del voto
escrutado, pero aún sin contabilizar algunas de las mayores ciudades del país,
Macron tenía el 27,4 % de los votos, por un 25,05 % de Le Pen, según los datos
del Ministerio del Interior.

Se trata del mejor
resultado de la historia de la ultraderecha en una primera vuelta presidencial.

Tras conocer los
resultados, ambos se apresuraron a pedir el apoyo de quienes no les han votado,
ante la perspectiva de una segunda ronda que los sondeos anticipan que será
mucho más reñida que la de 2017.

Macron tendió la mano
«a todos» y se mostró dispuesto a «inventar algo nuevo para unir
convicciones y sensibilidades diversas» de cara a la segunda vuelta, según
dijo en su intervención entre el ruidoso entusiasmo de sus seguidores.

Insistió en que su
proyecto es «el único» que puede responder a los retos que afronta el
país, como la defensa del poder adquisitivo de los ciudadanos o la lucha contra
el cambio climático.

En cambio, una
exultante Le Pen aseguró que el presidente y ella representan «dos visiones
diferentes de la sociedad» por lo que hizo un llamamiento a la unidad en
torno a sí misma: «Todos los que no han votado a Macron están invitados a
sumarse a esta unificación».

Detrás de los dos
vencedores de la primera vuelta quedó el veterano líder izquierdista Jean-Luc
Mélenchon (20,37 %), que vio frustrado lograr el voto útil de todas las
candidaturas de izquierda y ecologistas para intentar llegar a la segunda
ronda.

Los principales
derrotados fueron los dos grandes partidos tradicionales de la Quinta
República, el conservador LR y el socialista PS, que cosecharon los peores
resultados de su historia: Valérie Pécresse (LR) se quedó en torno al 4,75 % y
la socialista Anne Hidalgo, alcaldesa de París, se hundió hasta el 1,75 %.

Llamamientos para
frenar a la ultraderecha

De cara a la segunda
vuelta, Macron recibió casi inmediatamente el apoyo de otros candidatos para
frenar a la ultraderecha en la segunda vuelta: Pécresse, Hidalgo, el ecologista
Yannick Jadot (4,4 %) y el comunista Fabien Roussel (2,36 %) dijeron que
votarían por él o pidieron directamente a sus seguidores que respalden al
presidente.

Le Pen borraría a
Francia «de la escena internacional» y «traería el caos»,
alertó Pécresse.

«No debéis dar ni
un voto a Le Pen», proclamó por su parte Mélenchon entre las ovaciones de
sus seguidores, aunque sin pedir expresamente el voto para Macron.

Le Pen recibió el
apoyo del también ultraderechista Éric Zemmour, que tras un ascenso meteórico
hace pocos meses se quedó en el 6,95 %, y también del soberanista Nicolas
Dupont-Aignant (2,2 %), que ya le había respaldado hace cinco años.

En 2017, Macron casi
dobló en votos a Macron (66-34 %), pero los sondeos realizados hoy entre los
electores apuntan a un margen mucho más estrecho dentro de dos semanas: Ipsos
da ganador al presidente por un 54-46 %, el mismo margen que OpinionWay,
mientras que Ifop estrecha más la ventaja: 51-49 %.

A falta de datos
definitivos, las estimaciones apuntan a que la participación de hoy se situó en
torno al 72,7 %, la más baja en una primera vuelta presidencial moderna desde
el récord de 2002 (71,6 %).

Con base en EFE





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