La Asamblea General se reunió este martes en sesión especial
para recibir y escuchar el informe anual de la Institución Nacional de Derechos
Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH).

El informe lo presentaron el presidente de la institución, Juan
Faroppa, las directoras Mariana Motta, Mariana Blengio, Maria Josefina Plá y el
director Wilder Tayler.

Al hacer uso de la palabra, Motta habló sobre la necesidad
de incorporar nuevas técnicas para la búsqueda de restos de detenidos
desaparecidos durante la dictadura cívico-militar. La semana pasada el ministro
de Defensa Nacional, Javier García, se reunió con los diputados por el Frente
Amplio (FA) Carlos Rodríguez y Micaela Melgar, que integran la comisión de
Defensa, para plantear el uso de esta tecnología láser.

Motta señaló que tomaron conocimiento de que esta
herramienta “se utiliza en Uruguay desde 2018 para otras necesidades vinculadas
específicamente a la forestación”. El objetivo es aplicar esta tecnología a
través de la Fuerza Aérea Uruguaya para “poder avanzar en la aplicación de esta
técnica para esta herramienta”.

“El uso de esta tecnología permite también detectar
anomalías en el terreno que luego puedan analizarse como compatibles con enterramientos
clandestinos”, aseguró. Esta aplicación puede “analizar extensiones amplias de
terreno que no pueden ser abarcadas por el georradar”, comentó Motta.

“La experiencia indica que con el correr de los años las fosas
dejan pequeñas depresiones en el terreno, que pueden ser más o menos profundas,
dependiendo del volumen de tierra movilizado y otras características propias del
enterramiento”, agregó.

Motta explicó que “la virtud más destacable de la tecnología
lidar radica en que permite detectar las hojas de los árboles, sus ramas y el
suelo que está por debajo, de esta manera es posible visualizar lo que a priori
está cubierto por la vegetación”. “Las mediciones no dan información alguna
sobre lo que hay debajo de la tierra ni de los techos. En la etapa de análisis
se filtra la vegetación y el resto de los obstáculos para quedarse únicamente
con los puntos del suelo”, añadió.

Luego, a partir de esa nube de puntos 3D filtrado se realiza
“el análisis fino de las eventuales anomalías del terreno que se ajustan a los
patrones geométricos buscados”, comentó Motta.





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