El caso del avión
venezolano-iraní retenido en el aeropuerto bonaerense de Ezeiza sigue bajo
escrutinio de las autoridades locales, y también de entidades no gubernamentales.
Tal como
informáramos oportunamente, el aparato solicitó el domingo ingresar al espacio aéreo
uruguayo, lo que fue denegado por el Ministerio de Defensa. Proveniente de
Paraguay, la aeronave tocó tierra finalmente en Buenos Aires, donde permanece hasta
la fecha.
El avión en
cuestión, un Boeing 747 Dreamlifter de carga, fue propiedad de la empresa iraní
Mahan Air y actualmente pertenece a Emtrasur, filial del Consorcio Venezolano
de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), empresas que están
sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Una vez en suelo
argentino, el avión no pudo repostar debido a que en el vecino país las
petroleras no le proporcionaron combustible, por temor a las sanciones de Estados Unidos.
Además, la
Justicia argentina lleva adelante una investigación para dilucidar los posibles
vínculos de la tripulación con el terrorismo internacional, retiró los
pasaportes de los 19 miembros de la tripulación, impidiendo su salida del país,
e incautó el avión para obtener más datos sobre qué hacían estas personas en
Buenos Aires.
Según se informara el jueves, uno de los tripulantes del aparato,
el iraní Gholamreza Gashemi, tiene el mismo nombre que un miembro de las
Fuerzas Quds, una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria
Islámica, definida por Estados Unidos como una organización terrorista.
Este viernes, las
autoridades paraguayas confirmaron la identidad del individuo en cuestión.
«De acuerdo
a lo que nosotros sabemos, y nos confirmaron agencias aliadas, se trata de una
persona vinculada al Quds», confirmó el ministro de la Secretaría Nacional
de Inteligencia (SNI) paraguaya, Esteban Aquino, a la emisora local ABC.
«No es
parecido, no es homónimo ni nada: es la persona. Y eso sin ninguna duda ya es
preocupante», remarcó el funcionario.
Con información de
EFE
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