Por Andrés Cottini

Olvidada por años en la sede de Rampla Juniors, vio pasar dirigentes,
jugadores, buenos y malos momentos, quiebres y recuperaciones económicas, hasta
que en el 2022 alguien se acordó de ella.

Guardada en un cofre, como esos objetos que uno tiene como
recuerdo de un pasado mejor, allí estaba, esperando el momento de volver a
cobrar protagonismo para transformarse nuevamente en un patrimonio de interés mundial.

Indeleble al paso del tiempo, la pelota con la cual se jugó
la final del Mundial de 1974 entre Países Bajos y Alemania Federal en tierras
teutonas y que terminó con victoria de los germanos por 2-1, volvió a brillar
por peso propio, esta vez con el de la historia marcada en cada uno de sus
gajos.

La Adidas Telstar Durlast fue la primera pelota mundialista fabricada
por la compañía alemana y es de cuero revestido con poliuretano: material
sintético flexible e inalterable con el frío, que le daba brillo, resistencia a
la abrasión, mayor impermeabilidad y mantenía su forma.

Conformada por 32 paneles, 20 hexágonos blancos y 12
pentágonos negros para mejorar su visibilidad en los televisores, volvió a
renacer para darle a los picapiedras un camino para llegar a un ingreso
económico inesperado.

La historia

La pelota llegó a Rampla Juniors hace unos 19 años tras la
donación de su ex presidente Ramón Barreto reconocida gloria del referato
uruguayo que actuó como primer asistente en la final disputada el 7 de julio en
el Estadio Olímpico de Múnich.

Y junto a ella estaba una certificación notarial del 30 de
junio del 2003 donde Barreto confirmó la existencia y legitimidad del objeto
cedido.

“El señor Ramón Barreto Ruiz declara que es propietario del
balón (pelota) de fútbol utilizado en el encuentro que participó como primer
línea asistente en la terna arbitral designada por la Federación Internacional
de Fútbol Asociado (F.I.F.A.) correspondiente a la final que se disputó en el
marco del Campeonato Mundial de Fútbol en Alemania en el año 1974 entre los
seleccionados de la República Federativa Alemana y Holada”, establece el
documento al que accedió FútbolUy, y agrega: «a modo de tradición, el donante declara que ha entregado a
la institución donataria el balón de fútbol objeto de este contrato, firmado
por el donante, transfiriéndole en consecuencia los derechos de propiedad y
posesión que sobre él correspondían”.

“Barreto siempre nos contaba la historia”, relató Daniel Bianchi,
actual presidente de Rampla Juniors y narró: “una vez que finalizó el partido solicitó
y se quedó con el balón con que se jugó e hizo el segundo y definitorio gol,
Gerd Müller. Luego decidió donarlo al club de sus amores”.

Interesados

Desde que la historia surgió a la luz gracias a una
publicación de FútbolUy,
la noticia fue replicada en medios de varios países y
con ello comenzaron a aparecen los interesados para participar en la subasta
que se está coordinando y realizará en corto tiempo.

“Nos llamaron varias casas de subastas nacionales y del
exterior para ofrecer sus servicios y también un coleccionista muy importante a
nivel mundial nos preguntó cual sería el precio base (el cual aún no se
estableció) y nos informó que va a participar de la misma”, contó Bianchi más
tarde.

“Es una forma más que tiene Ramón (Barreto) de ayudar a su querido
Rampla y me imagino que estará muy feliz», mencionó Bianchi para cerrar.

La expectativa del club es
importante y la pelota, esa que estaba casi olvidada en el club y por estas
horas vuelve a brillar, como un tesoro de 1974 recién desenterrado.

Por Andrés Cottini





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