De África a Asia, los territorios que más sufren los
impactos climáticos son los que están en desarrollo y especialmente las
mujeres, que son las que se encargan de cultivar terrenos, alimentar a las
familias y abastecerlas de recursos para beber; cuando las sequías son graves,
tienen que recorrer muchos kilómetros en busca de agua, denuncian algunas de
ellas.
Con estas palabras, Violet Shivutse, de Kenia, durante una sesión sobre género
y clima este miércoles en la cumbre de países COP29 que se celebra en la
capital de Azerbaiyán, ha lamentado la terrible situación que padecen las
mujeres de los países pobres y que se ha agravado con el cambio climático del
que no son responsables pero sí las grandes víctimas.
Shivutse, fundadora y coordinadora de una red que trabaja con las autoridades
locales para hacer cumplir los derechos a la tierra y a la herencia de las
mujeres y huérfanos en Kenia, ha explicado hoy que uno de los problemas a los
que se exponen las mujeres rurales de África es que no se les involucra en la
toma de decisiones, ni siquiera las más básicas y eso complica la posibilidad
de poder salir de la pobreza.
«Nuestros padres, cuñados, suegros no nos dejan ni decidir cambiar la
cocina contaminante por algún sistema sostenible», ha lamentado.
«No se puede permitir que las arcas maltrechas de las familias rurales en
países como los africanos acaben financiando televisores u otros aparatos no
necesarios en los hogares solo porque no son las mujeres las que deciden cómo
invertir»; el desarrollo sostenible y la transición hacia energías
renovables necesitará de la presencia de mujeres en la toma decisiones, ha
añadido.
La jornada de hoy de la COP29 ha estado dedicada, entre otros asuntos, al
impacto climático dependiendo del género. Según datos de Naciones Unidas, con
los desastres climáticos extremos, las mujeres y los niños tienen 14 veces más
probabilidades de morir que los hombres, a causa del acceso limitado a
información, la movilidad, toma de decisiones y recursos,
Se calcula además que cuatro de cada cinco personas desplazadas por impactos
climáticos son mujeres y niñas, de acuerdo a dicha organización.
La transición energética en los países en desarrollo para colaborar en el
compromiso mundial de revertir el calentamiento global no será posible sin la
participación de las mujeres en la toma de decisiones, ha insistido Violet
Shivutse.
Durante su intervención en un evento de la COP29, ha destacado el compromiso
femenino de la comunidades rurales en acciones agrosostenibles para proteger
los bosques y su compromiso con otras prácticas en defensa del medio ambiente;
lo que urge es que las administraciones las incluyan en la toma de decisiones
de alto nivel, ha añadido.
En el acto ha intervenido también Ndivile Mokoena, de Sudáfrica, en
representación de la ONG Woman for Climate Justice, una organización que en
cuestiones de género trabaja para dotar de capacidades a las comunidades
locales y sensibilizarlas sobre cómo actuar frente al cambio climático.
Ndivile Mokoena ha asegurado que es fundamental formar a las poblaciones de los
países pobres para que permitan a las mujeres colaborar en tareas de la
comunidad como las ambientales y no solo las domésticas.
En algunos lugares del continente africano, ha explicado, no se ve con buenos
ojos que más allá de cuidar a la familia, recolectar o abastecer con alimentos
y agua a las comunidades, las mujeres contribuyan con acciones medioambientales
fuera del hogar, y es necesario cambiar esa visión.
En su opinión, el nivel de compromiso femenino y dotes de gestión y
responsabilidad de las mujeres es fundamental para ayudar a tomar acciones más
sostenibles en los países; por ejemplo, para ayudar a tener los ríos más
limpios o los bosques mejor cuidados, pero el problema es que muchas veces no
se les da permiso para hacerlo, ha lamentado.
Pero no solo en África está el problema; desde Bangladesh, Banseree Mitra, de
la Fundación Manusher Jonno (MJF), dedicada a promover los derechos humanos y
la buena gobernanza en ese país asiático, ha instado a apoyar a las mujeres
para garantizar un mundo mejor.
Ha destacado la capacidad de gestión de las mujeres para garantizar un consumo
seguro del agua y ha pedido educación, cooperación climática y más financiación
para mejorar la resiliencia a los impactos climáticos en los países en
desarrollo.
EFE