“Oficialmente, no hay más funcionarios del viejo taller general de Peñarol”: así comienza una publicación en las redes sociales de la Unión Ferroviaria, en la que se brinda una afectuosa despedida a Elio Pereira, último trabajador de dichas instalaciones.
Más allá de saludar y agradecer al flamante pasivo, la Unión Ferroviaria recuerda que dicho taller, medular en el funcionamiento de AFE, “se encuentra cerrado desde hace años por no contar con las condiciones mínimas de seguridad para los trabajadores”.
Ahora, con el retiro de Pereira, “desaparece una sección que supo albergar miles de trabajadores y fue cultivo de la conciencia de clase en [ese] sindicato”, lamenta la agrupación.
Creado a fines del siglo XIX, el taller entró en decadencia hacia finales del siglo XX. En la década pasada, sufrió un acusado deterioro, que se agravó con los destructivos efectos de una granizada en 2018.
Según denunciara por entonces la Unión Ferroviaria, los recortes presupuestales redujeron la custodia del complejo, lo que propició “un saqueo que, en solo dos días, fue valuado en 200.000 pesos”, consistente en “cientos de metros de cables y motores de tracción operativos afectados por sacarles unos trozos de cobre”.
“A los responsables los va a juzgar la historia”, expresa el comunicado sindical, en el que se agradece a los trabajadores que se desempeñaron en ese lugar “por tantos años de construcción sindical y el traspaso de conocimiento de un oficio que amamos”.