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Ocho jugadores de la primera división del fútbol de Brasil
fueron apartados de sus clubes en las últimas horas, la mayoría por tiempo
indefinido, bajo sospecha de arreglar partidos en 2022, en un caso que
conmociona tierras norteñas y que puede tener repercusión internacional.

Cinco futbolistas fueron separados de las actividades de sus
respectivas escuadras sin que se divulgara una posible fecha de regreso, luego
de que sus nombres aparecieran en conversaciones de apostadores encontradas por
fiscales y reveladas por medios locales este miércoles, informaron los elencos.

Los mismos son el lateral Pedrinho y el volante ecuatoriano
Bryan García (Athletico Paranaense), los defensores Vitor Mendes (Fluminense) y
Nino Paraíba (América Mineiro), y el centrocampista Richard (Cruzeiro).

Aparte de ellos, el defensor Eduardo Bauermann, del Santos,
había sido apartado el martes por un periodo indeterminado tras ser indiciado
el martes por el ministerio público de Goiás (centro), por la presunta comisión
de un delito relacionado con fraude en el resultado deportivo.

De momento, Coritiba retiró al mediocampista uruguayo Jesús
Trindade y al atacante Alef Manga de la convocatoria para el partido liguero
del jueves contra el Vasco da Gama, después de que sus nombres aparecieron en
una planilla de apostadores divulgada por el diario O Globo.

Cabe mencionar que Manga y Trindade no han sido acusados ??ni se han convertido en acusados ??en el caso hasta el momento. Solo se mencionaron en algunos de los documentos publicados y fueron citados a declarar.

A ellos se suma el zaguero argentino Kevin Lomónaco, del Red
Bull Bragantino, que ya no estaba entrenando con el once paulista desde
mediados de abril, cuando se conocieron investigaciones en su contra, dijo una fuente del club bajo condición de anonimato.

Repercusión internacional

A diferencia de Mendes (Juventude), Nino Paraíba y Richard
(Ceará), los jugadores Bauermann, Pedrinho, García, Lomónaco, Manga y Trindade
estaban en sus clubes actuales en el momento en que habrían ocurrido las
irregularidades.

De ser hallados culpables por la manipulación de resultados,
los jugadores se exponen a una pena de hasta seis años de prisión.

El ministro de Justicia, Flávio Dino, ordenó a la Policía
Federal (PF) abrir una investigación sobre las manipulaciones, que, advirtió,
pueden tener «repercusión internacional». 

«Soy partidario de la suspensión preventiva basada en
sospechas concretas e incluso de la expulsión del deporte en casos probados.
Quien comete crímenes no debe formar parte del fútbol», dijo de su lado el
presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ednaldo Rodrigues, en
un comunicado.

La entidad que organiza el Brasileirao aseguró que «no
hay ninguna posibilidad de que la competición actual sea suspendida».

Operación Pena Máxima

El apartamiento de los futbolistas se enmarca en la
«Operación Pena Máxima», lanzada en noviembre pasado por la fiscalía
de Goiás contra una «organización criminal» que manipula partidos
para ganar cuantiosas sumas en sitios de apuestas en línea.

A los atletas se les ofrecía entre 10.000 y 20.000 dólares
por ser amonestados o expulsados, forzar cierto número de tiros de esquina,
provocar penales o garantizar marcadores.

Las pesquisas iniciales se centraron en juegos de la segunda
división, pero rápidamente condujeron a los torneos estatales y al Brasileirao,
y no se descarta que incluya a certámenes fuera de Brasil.

En su más reciente avance contra esa estructura criminal, el
ministerio público denunció el martes ante la justicia a 16 personas, entre
futbolistas, intermediarios y apostadores.

Los fiscales los señalan de haber manipulado trece partidos
de distintas categorías y competiciones, incluidos ocho del Brasileirao de
2022.

Las adulteraciones en el balompié brasileño no son nuevas,
aunque el gigante latinoamericano ha endurecido las sanciones y aumentado las
inversiones para monitorear las apuestas en los últimos años.

En el país aún se recuerda la «Máfia do Apito»
(Mafia del Silbato), en la que dos árbitros, entre ellos el FIFA Edílson
Pereira de Carvalho, se aliaron con apostadores para amañar resultados en el
Brasileirao-2005.  Once juegos debieron
repetirse y los jueces fueron vetados.

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