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El partido
de los octavos de final del Mundial de Clubes entre Benfica y Chelsea, que fue
interrumpido a los 85 minutos por amenaza de tormenta eléctrica sobre el
estadio Bank of America Stadium de Charlotte, es el sexto que se interrumpe por
esta situación en lo que va del certamen.
Chelsea
ganaba 1-0 cuando, a las 18:50 horas del sábado en Uruguay, se activó el
protocolo de tormenta eléctrica. Los jugadores y árbitros se fueron a los
vestuarios a pesar de que todavía no llovía sobre el escenario y de lo poco que
faltaba para finalizar el compromiso. Los hinchas que estaban en las tribunas se refugiaron en sectores cerrados del recinto.
La
situación, que es una enorme amenaza contra los espectáculos y los tiempos
televisivos pensando en la Copa del Mundo de selecciones de 2026, obedece a un
protocolo de Estados Unidos ante una posibilidad de tormenta en eventos
deportivos al aire libre. Ante un rayo en un radio de 13 kilómetros, hay obligación
de suspender.
Además,
si efectivamente se registra tormenta eléctrica en esa superficie, se posterga la
reanudación del partido hasta que pase media hora sin relámpagos.
Es la segunda vez que al Benfica le toca vivir esta situación. Ya le ocurrió
contra el Auckland City, un partido que terminó ganando 6-0 después de una
interrupción que duró dos horas y media. En esta, frente al Chelsea, los futbolistas retornaron al campo de juego una
hora y 50 minutos después de la suspensión, y volvieron a jugar después de ocho minutos de calentamiento.
Además de esos dos cotejos del Benfica, tuvieron que pararse los que disputaron
Pachuca y Salzburgo (una hora y 40 minutos), Ulsan y Mamelodi Sundowns (una
hora), Boca Juniors y Auckland City (una hora), y Palmeiras y Al Ahly (45
minutos). El total de seis sobre 50 equivale a un 12% del total.
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