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Noticias Nacionales

Sindicatos se preparan para el Consejo General de Industria

todayjunio 13, 2025

Fondo


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Pit-Cnt

El evento contó con la participación del presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala; el oficial de Coordinación de desarrollo de la ONU en Uruguay, Sebastián Torres; el coordinador del sectorial metalúrgico entre 2020-2025, José Saavedra; y la representante de los trabajadores en el INEFOP, Flor de Liz Feijoo. También asistieron autoridades gubernamentales y legisladores.

Durante su intervención, Abdala destacó la importancia de desarrollar un proceso de fortalecimiento del movimiento sindical en materia de desarrollo industrial y transformación productiva. “Esta es una actividad que hace emerger la necesidad de un ámbito especial de trabajo para generar desarrollo en cada cadena productiva, en cada rama de actividad. Necesitamos consensos hacia una estrategia nacional de desarrollo que permita que nuestro pueblo viva bien de su trabajo”, subrayó.

Abdala remarcó que la participación de las y los trabajadores en los Consejos Productivos Sectoriales no solo implica defender intereses inmediatos, como en los Consejos de Salarios, sino que requiere la generación activa de realidades nuevas en términos productivos, económicos y sociales. “Nos enfrentamos a un salto cualitativo. El movimiento obrero tiene experiencia en la negociación colectiva, pero este nuevo espacio exige otro tipo de conocimientos, de prácticas, de herramientas. Hay que prepararse para algo titánico”, expresó el dirigente sindical.

En ese sentido, evocó las experiencias brasileñas durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, como los foros de competitividad de las cadenas productivas, y su posterior impacto regional en el MERCOSUR, donde por primera vez los sindicatos participaron activamente junto a empresarios y gobiernos en el diseño de políticas industriales.

“Históricamente, bajo gobiernos de derecha, los únicos invitados a discutir la política industrial eran los empresarios. Este nuevo proceso debe incluir a la clase trabajadora como actor protagónico en el desarrollo productivo del país”, afirmó.

El dirigente sindical insistió en la necesidad de realizar un “diagnóstico riguroso” de cada sector para identificar fortalezas, debilidades y oportunidades, y en la importancia de maximizar el valor agregado y la generación de trabajo de calidad.

“No se puede crear una realidad nueva sin un diagnóstico. Hay que saber qué tenemos, qué nos falta y cómo lo transformamos. Necesitamos unidades productivas nuevas, encadenamientos productivos, inversión pública y privada. Si la burguesía no dinamiza el desarrollo, la clase trabajadora tiene que asumir ese rol con todos los aliados posibles”, sostuvo.

Abdala también señaló que el objetivo es ir más allá del reclamo salarial tradicional. “Se trata de incidir en cómo se produce, con qué tecnologías, bajo qué condiciones y con qué impacto en el empleo y el desarrollo nacional; no basta con discutir cuánto vale nuestra fuerza de trabajo, tenemos que discutir cómo se utiliza, cómo se genera una economía diferente. Eso nos posiciona como clase en un lugar relevante para el futuro del país”, expresó.

El presidente del PIT-CNT se refirió a experiencias previas en Uruguay, como las impulsadas durante los gobiernos del Frente Amplio, especialmente el gabinete productivo de los gobiernos de Tabaré Vázquez y José Mujica, como antecedentes a recuperar y actualizar. “Hubo cosas positivas que dejaron esas experiencias, aunque también dejaron gusto a poco. Hoy estamos en un momento en que se precisa crear realidades productivas nuevas y generar trabajo de calidad. Si no, seguiremos actuando en condiciones muy complejas”, advirtió.

Todos los actores sociales

A su turno, la representante de los trabajadores en INEFOP, Flor de Liz Feijoo, subrayó la urgencia de establecer una Mesa Nacional de Desarrollo que convoque a todos los actores sociales, con el objetivo de construir una Estrategia Nacional de Desarrollo con justicia social. “Necesitamos un cambio cualitativo, y por más esfuerzo que pongamos las y los trabajadores, ese cambio no será posible sin la participación activa del resto de los actores sociales. Se necesita pensar colectivamente cuál es el modelo de desarrollo y crecimiento económico que queremos para nuestro país”, afirmó.

Advirtió sobre la “grave precarización” laboral que afecta a Uruguay: más del 20 % de los trabajadores están en la informalidad y más de 500.000 personas perciben ingresos inferiores a los 25.000 pesos mensuales. “Esto forma parte de una violencia estructural. Abrimos la puerta y nos encontramos con realidades muy tristes”, dijo, y reafirmó que el trabajo digno es el núcleo que sostiene la vida social, política y económica.

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Flor de Liz Feijoo.

Gianni Schiaffarino

Para Feijoo, el impulso de una industria nacional pujante debe ser una responsabilidad compartida entre trabajadores, empresarios y el Estado. Destacó la importancia de establecer gabinetes productivos por rama de actividad, junto con una mesa nacional que monitoree y elabore diagnósticos estratégicos, en articulación con la academia.

“Todos creemos que nuestro sector debe ser estratégico, pero no se trata de preferencias sectoriales, se trata de identificar con seriedad qué sectores tienen verdadero potencial de desarrollo, calidad e innovación”, señaló.

En ese sentido, recalcó que la discusión sobre productividad debe incluir las condiciones de trabajo, la tecnología disponible y la organización del trabajo. “No podemos medir la productividad solo en función de cuántas prendas se planchan al día. Si una plancha pesa tres kilos, la trabajadora va a tardar más, se puede lesionar. Si tiene tecnología adecuada, trabaja mejor y más rápido. La innovación tecnológica es clave”, ejemplificó.

Planteó que una de las grandes discusiones es quién invierte en estos procesos. “¿Cuál es el papel del Estado como motor de la industria nacional? ¿Cómo se articula el desarrollo local con la inserción internacional? ¿Será a través de las compras públicas?”, preguntó. Como ejemplo, mencionó la experiencia del Sindicato de la Aguja, que brinda formación en costura a mujeres trans privadas de libertad en el COMCAR. “Cuando salgan, ¿dónde van a trabajar? ¿Van a volver a la calle o vamos a garantizarles un lugar en la industria, con apoyo del Estado y una política pública inclusiva?”, planteó.

Cuestionó que el Estado compre miles de uniformes policiales en el exterior, cuando podría destinar un porcentaje a la producción nacional, generando empleo de calidad. “Decimos que apoyamos la industria nacional, pero después todos compramos en Temu. Hay contradicciones que debemos poner sobre la mesa”, advirtió.

Retomó la experiencia del Consejo Sectorial de la Vestimenta, que derivó en la aprobación de la Ley 18.846, con objetivos como mejorar la calidad del trabajo, combatir el empleo precario y fomentar la productividad.

La ley preveía tres líneas de acción “subsidios a empresas para incorporar tecnología, trazabilidad de productos con etiquetas o códigos QR que acrediten condiciones laborales, y combate al trabajo informal, especialmente el domiciliario”. Sin embargo, denunció que “faltó voluntad política para avanzar en su implementación, especialmente en lo referido a trazabilidad y mejora de condiciones laborales”.

“No es lo mismo comprar un producto hecho por un niño en la India que uno producido con estándares de trabajo decente. Esa debe ser nuestra diferencia como país. Eso también nos posiciona en los nichos de mercado internacionales”, sostuvo.

Para Feijoo, la única manera de transformar la realidad es mediante el trabajo conjunto. “La industria nacional y el trabajo decente deben ser parte de la realidad que queremos construir para nuestros niños y niñas, para nuestro pueblo. No vamos a lograrlo si seguimos compartimentados. Necesitamos discutir, debatir, intercambiar y sintetizar con todos los actores sociales para generar mayor dignidad para las grandes mayorías”.

Por su parte, Sebastián Torres, oficial de Coordinación de Desarrollo del sistema ONU-Uruguay, recordó que, desde las Naciones Unidas, se firmó hace un tiempo un acuerdo con el PIT-CNT, que calificó como algo inédito dentro del sistema.

Afirmó que lo que Uruguay defina hacer hoy en materia de desarrollo productivo “no es un fenómeno aislado a nivel mundial”. Explicó los fundamentos de esta política industrial, basada en evidencia empírica que respalda el renovado interés global en la industria. Señaló que no solo los países y los sindicatos están impulsando estas transformaciones, sino también organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que actualmente estudian y recomiendan políticas industriales.

Torres insistió en que Uruguay necesita una política industrial con determinadas características, en sintonía con una tendencia global. Remarcó, además, la existencia de una importante brecha entre la cantidad y calidad de las medidas adoptadas por los países más ricos frente a los más pobres. Como ejemplos de políticas industriales recientes, mencionó la estrategia para el desarrollo de la industria de chips en Estados Unidos y la política industrial verde impulsada por la Unión Europea.

Entre los fundamentos que justifican destinar recursos a las políticas de desarrollo productivo, destacó “la repatriación y reconstrucción de cadenas de suministro estratégicas en territorio nacional, la soberanía tecnológica, la seguridad nacional y el desarrollo sostenible”. También advirtió que la digitalización genera tensiones en el mercado laboral y subrayó el papel clave que puede cumplir la industria como motor del desarrollo sostenible.

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José Saavedra.

Gianni Schiaffarino.

Mientras que José Saavedra, coordinador del sectorial metalúrgico en el período 2020-2025, expresó que “Uruguay no tiene en el horizonte inmediato una gran inversión como las que representaron UPM o el Ferrocarril Central, cuya concreción implicó largos años de negociaciones”. Por eso, consideró que una alternativa válida para el crecimiento económico sería “promover inversiones en el sector empresarial medio”. Subrayó que será necesario recurrir al ingenio y al rol del Estado para definir instrumentos y políticas capaces de captar, convencer y comprometer al sector privado en un proceso de inversión sostenida.

Saavedra valoró también la creación del “Gabinete Productivo” como herramienta para mejorar la estructura productiva del país y alcanzar un crecimiento económico sostenible y sustentable con justicia social.

En cuanto a los desafíos de un futuro Consejo General de Industria, señaló que uno de los principales será “generar confianza”, lo que dependerá en gran medida del rol del coordinador, clave para el buen funcionamiento del órgano.

Asimismo, identificó temas prioritarios para el trabajo del Consejo como “potenciar el crecimiento de las cadenas de valor, desarrollar capacidades y oportunidades para la inversión productiva, fortalecer los recursos humanos y las capacidades institucionales, y generar conocimiento sectorial”. Finalmente, destacó que existen “antecedentes exitosos en el país que permiten confiar en las posibilidades de avanzar en esta línea”.





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Escrito por hiperactivafm


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