Varias personas
resultaron heridas en la ciudad de Goma, en la República Democrática del Congo,
tras una explosión provocada por un lanzacohetes RPG7, según informó este
jueves el Ejército Nacional uruguayo.

El hecho
ocurrió cerca del estadio deportivo local. Según el comunicado difundido, “el
número de heridos y fallecidos aún no fue confirmado por las autoridades”
locales.

De todas
formas, desde el Ejército se notificó que los cascos azules desplegados en la misión
de paz en el país africano “no están involucrados con este hecho y se
encuentran en perfectas condiciones”.

Se van, ¿más
temprano que tarde?

Este mismo
jueves, los países del Consejo de Seguridad de la ONU tomaron nota de la
demanda de la RDC de una retirada acelerada de las fuerzas de paz, aunque
algunos expresaron su preocupación por el impacto de una salida
«precipitada» para la población civil, según informó AFP.

La semana
pasada en la ONU, el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, insistió en una
retirada «acelerada» de la misión de paz de la ONU de su país (Monusco)
a partir de finales de 2023, y no de 2024. «Esperamos que el Consejo de
Seguridad tenga plenamente en cuenta las exigencias concretas y realistas de
las autoridades congoleñas», declaró el jueves el embajador francés ante
la ONU, Nicolas de Rivière, insistiendo en una retirada «ordenada» y
en «estrecha colaboración» entre Kinshasa y la ONU.

Los cascos
azules están presentes en la República Democrática del Congo desde hace casi 25
años.

El Consejo
debería renovar en diciembre el mandato de la Monusco, cuya eficacia en la
protección de los civiles es cuestionada por Kinshasa y parte de la población.

Si bien la
crisis de seguridad no ha disminuido en el este del país, varios Estados
miembros han expresado dudas sobre la conveniencia de transferir tareas de la Monusco
a las fuerzas congoleñas de manera acelerada.

«Estados
Unidos está francamente preocupado porque las fuerzas de la República
Democrática del Congo y de la región no están preparadas para cumplir las
condiciones necesarias para garantizar la seguridad de la población
congoleña», dijo la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield.

El Reino
Unido, por su parte, está dispuesto a considerar «una reducción» del
número de cascos azules, «de conformidad con la petición del
gobierno», señaló el embajador adjunto James Kariuki. Pero «las
consecuencias de una salida apresurada serían graves», advirtió.

El ministro
congoleño de Asuntos Exteriores, Christophe Lutundula, advirtió contra
cualquier tentación de reconfigurar la MONUSCO. «Una Monusco bis […] no
sería un error, sino una falta», insistió, reclamando un
«cronograma» para el plan de retirada.

«Necesitamos
discutir con nuestros socios para ver qué tienen exactamente en mente»,
comentó el jefe de la Monusco, Bintou Keita, señalando que no sería
«sensato» en esta etapa discutir una fecha para el retiro completo de
las fuerzas de paz.

Desde 2020,
el Consejo de Seguridad ha iniciado una retirada cautelosa, aprobando un plan
de retirada gradual que establece parámetros amplios para transferir
responsabilidades del personal de mantenimiento de la paz a las fuerzas
congoleñas.

En un
informe publicado en agosto, el secretario general de la ONU Antonio Guterres,
dijo, sin mencionar fechas, que en una primera etapa los cascos azules pasarán
de 12.500 a 10.000, consolidando su presencia en los territorios más
problemáticos, en el este del país.

Con información
de AFP





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