Uruguay buscará impulsar los denominados “bonos azules” como una herramienta de financiamiento climático, iniciativa liderada por los Ministerios de Ambiente y de Economía y Finanzas para movilizar recursos hacia la protección de ecosistemas marinos y costeros. Así lo explicó en una entrevista con la agencia EFE la directora de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente, María Fernanda Souza.
“Estamos investigando y generando una hoja de ruta para poder emitir bonos azules, que en el momento que los generemos van a ser lanzados a nivel internacional con características similares a la del bono indexado, con la particularidad de que ese dinero tiene que ser utilizado en sistemas costeros, marinos y acuáticos”, detalló Souza, hija de la senadora y exinformativista de Subrayado Blanca Rodríguez.
En el año 2022, con la mira puesta en reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, Uruguay emitió un bono soberano con una tasa de interés atada a su meta ambiental.
Souza contó que ahora se generó un grupo de trabajo que busca impulsar los Bonos Azules.
“Esto tiene que ver con que Uruguay es un país que tiene alta vulnerabilidad al cambio climático, sobre todo en su zona costera, porque es donde está la concentración poblacional. Entonces, allí es donde tienen que centrarse nuestros esfuerzos de adaptación y de reparación de pérdidas y daños”, explicó.
La jerarca también señaló que en materia de cambio climático y en lo referido a políticas climáticas “Uruguay se encuentra en una posición de liderazgo”.
“Tenemos líneas de trabajo en energía, líneas de trabajo vinculadas a los objetivos de mitigación, es decir, de disminución de la emisión de gases de efecto invernadero en el sector agrícola ganadero, en el sector energía y en el sector transporte”, apuntó.
Previa de la COP30
En materia de políticas ambientales, Souza espera que los países de la región puedan unificar su voz en la COP30, que se celebrará en noviembre en Brasil.
En abril de este año, Uruguay asumió la coordinación del Grupo Sur, en el que comparte la integración con Argentina, Brasil, Ecuador y Paraguay.
“Uruguay ahora tiene la responsabilidad de liderar la negociación a nivel de este grupo regional de cara a la COP30”, explicó Souza, quien añade que ya se están generando reuniones entre los socios para lograr posturas comunes.
En ese sentido, hizo hincapié en que en este momento el multilateralismo se encuentra amenazado por posturas que niegan el cambio climático y que hay que trabajar en ello.
“América Latina tiene que encontrar una voz común. Tenemos que encontrar una voz que nos permita posicionarnos en la negociación internacional con nuestras características de vulnerabilidad climática, que deberían permitirnos acceder a financiamiento, justamente para hacer frente a los impactos del cambio climático sin resignar el dinero que invertimos en desarrollo. Eso es algo que, debido a que somos países de renta media, nos está costando”, enfatizó.
“La COP30 va a ser justamente en la que pensemos el financiamiento climático, la arquitectura de la financiación climática a nivel internacional. Y esa arquitectura tiene que ser justa, tiene que ser sustentable, tiene que poder alimentarse a sí misma”, remarcó.
«Tenemos que buscar las fuentes de financiación internacional que permitan tener una arquitectura financiera climática que genere posibilidades de responder a los desastres, que los países puedan solicitar esos fondos y puedan acceder a esos fondos directamente cuando hay un desastre, y que eso no dependa de las voluntades de algunos gobiernos del norte».
EFE.