El juicio penal contra Harvey Weinstein por presuntos delitos sexuales retomó este jueves un testimonio central: Elizabeth Entin reafirmó ante el tribunal que su entonces compañera de piso, Miriam Haley, fue víctima de una violación perpetrada por el exproductor en 2006. Su relato fue clave en el proceso que terminó con una condena a 23 años de prisión en 2020, la cual fue anulada el año pasado por errores procesales.
Entin relató haber sido testigo del estado de conmoción en que se encontraba Haley tras el encuentro con Weinstein. “Parecía ida. Me dijo que Harvey le había puesto sus genitales en la boca por la fuerza”, aseguró. La testigo indicó que alentó a su amiga a buscar un abogado y denunciar lo ocurrido, y sostuvo su versión mirando directamente al acusado, quien se presentó en silla de ruedas.
Haley, quien entonces trabajaba como asistente de producción en el reality Project Runway, fue una de las mujeres que desencadenaron el escándalo que dio origen al movimiento #MeToo. El caso que lleva su nombre es una de las principales acusaciones contra Weinstein, exfigura todopoderosa de Hollywood.
Durante el contrainterrogatorio, la defensa intentó deslegitimar a Entin sugiriendo que su participación en el caso podría haber sido motivada por intereses personales, como promover sus libros o pódcast. “¿Estás usando esto para ganar fama?”, preguntó la abogada Jennifer Bonjean. Entin negó categóricamente tener intenciones de lucrar con el caso, y justificó comentarios anteriores como intentos de humor para sobrellevar una situación traumática.
El proceso en curso busca revalidar o rectificar la sentencia anterior, que había considerado a Weinstein culpable de violación y agresión sexual contra Haley y la actriz Jessica Mann. De ser nuevamente declarado culpable, el exproductor —que enfrenta además otros procesos judiciales en California— podría ver agravada su situación legal, pese a sus 72 años y su deteriorado estado de salud.
Con información de EFE
