El gobierno de Texas está a un paso de prohibir en el
estado todos los productos con tetrahidrocannabinol (THC), el principal
componente psicoactivo del cannabis.
La iniciativa, impulsado por el vicegobernador del estado,
el republicano Dan Patrick, ya recibió esta semana la aprobación del
Congreso local y solo le quedan unos obstáculos técnicos para convertirse en
ley.
En 2018, durante el primer mandato de Donald Trump,
el Congreso federal legalizó en todo el país la venta y producción del
cáñamo, una de las variantes de la planta de cannabis, que contiene cantidades
bajas del THC.
Desde entonces, se abrieron centenares de negocios en
Texas y otras partes del país especializados en la venta de artículos de THC y
es común ver desde gomitas hasta cigarrillos electrónicos (vapes) y bebidas de
esta sustancia en gasolineras y licoreras.
La prohibición, que se formalizará si el gobernador, el
republicano Greg Abbott, decide firmarla y no usar su poder de veto, supondrá
un duro golpe para la incipiente industria cannábica en el estado.
Según un informe publicado en marzo, la producción y
venta de productos de THC en Texas genera más de 5.500 millones de dólares
anuales y le inyecta al estado unos 268 millones en impuestos.
La industria también es responsable de unos 53.300
puestos de trabajo, de acuerdo con el reporte encargado por la firma a
favor del cannabis Whitney Economics.
Los defensores de la industria del THC señalan que, de
entrar en vigor, esta nueva ley “desvastará a las pequeñas empresas, eliminará
decenas de miles de empleos y le quitará miles de millones de dólares a la
economía de Texas”, según escribió Cynthia Cabrera, presidenta del Consejo de
Negocios del Cáñamo, en un comunicado.
También han advertido que irán un paso más allá y están
dispuestos a presentar una demanda en contra de la prohibición: “La lucha no ha
terminado”, dijo Lucas Gilkey, director de la empresa manufacturadora de
cáñamo Hometown Hero, en un video publicado en la plataforma X.
El vicegobernador de Texas, el principal defensor de la ley,
considera que la industria canábica está promocionando sus productos a los
menores de edad y destruyendo las “vidas de tejanos y sus familias”.
“Están envenenando a nuestros niños y debemos
prohibir el THC; no podemos regularlo, no hay suficientes policías”, indicó
Patrick, un ultraconservador, en un vídeo de la plataforma X.
Tanto él como algunos de los legisladores que apoyaron su
propuesta en el hemiciclo acusaron a las empresas de THC de estar abriendo
negocios “a pocos pasos” de las escuelas en el estado con el objetivo de atraer
menores de edad.
La marihuana con fines lucrativos está legalizada en 24 de
los 50 estados del país. El uso medicinal, sin embargo, está permitido en 47
estados, incluyendo Texas.
EFE