Durante su gira por Medio Oriente, el presidente estadounidense Donald Trump anunció en Doha, Catar, un ambicioso plan para desarrollar dos nuevas variantes de los cazas de quinta generación actualmente en servicio: el “F-55”, una evolución bimotor del F-35 Lightning II, y el “F-22 Super”, una versión mejorada del icónico F-22 Raptor.
Desde un encuentro con ejecutivos de Boeing y GE Aerospace, Trump insistió en la necesidad de rediseñar el F-35 —actualmente monomotor— y elogió al F-22 como “el caza más bello del mundo”. “No me gustan los monomotores. Vamos a hacer un F-55 con dos motores y una superactualización del F-35, y luego haremos el F-22 Super”, declaró.
El “F-55”: ¿una evolución o un nuevo diseño?
La propuesta de un F-35 con doble planta motriz implica, en la práctica, una reingeniería total del avión, lo cual choca con los objetivos de contención presupuestaria que el propio Trump ha promovido durante su gestión. La complejidad de este rediseño ha generado escepticismo en sectores técnicos y legislativos.
Fuentes citadas por Reuters señalan que el supuesto “F-55” podría estar más alineado con el programa F/A-XX de la Marina de EE.UU., destinado a sustituir a los Super Hornet. Ese proyecto —aún en fases preliminares— contempla un diseño bimotor y capacidades furtivas avanzadas, lo que haría del F-55 un desarrollo totalmente nuevo y no una variante del F-35.
El F-22 Raptor, camino al “Super”
En cuanto al F-22, Trump mencionó una versión “Super” que estaría en línea con las actualizaciones en curso dentro del programa ARES (Advanced Raptor Enhancement and Sustainment). Este plan incluye la incorporación de sensores infrarrojos TacIRST, mejoras en la fusión de datos y posiblemente el radar APG-81 del F-35, lo que dotaría al Raptor de capacidades reforzadas frente a cazas de última generación como el J-20 chino.
La idea de un F-22 mejorado ha circulado durante años como propuesta conceptual, pero la declaración presidencial podría darle impulso político para pasar a una etapa de desarrollo más concreta.
Un giro con implicancias estratégicas
Este anuncio se produce en un contexto geopolítico tenso, donde Estados Unidos busca reafirmar su supremacía aérea ante el avance tecnológico de China y Rusia. Sin embargo, el nivel de ambición técnica del F-55 y las implicancias presupuestarias del F-22 Super generan dudas en la comunidad de defensa.
Además, se esperan mayores definiciones en la próxima conferencia Build de Microsoft, donde Trump podría exponer vínculos estratégicos entre tecnología civil y defensa.
América Latina y la industria militar global
Aunque América Latina no participa directamente en estos programas, cualquier innovación en el sector de defensa de EE.UU. reconfigura el mercado global de aviación militar, tanto por la transferencia de tecnologías como por el impacto en exportaciones y alianzas estratégicas. Los cambios también podrían reactivar debates sobre dependencia tecnológica y la modernización de las fuerzas aéreas regionales.