Con la ayuda de
un escáner de resonancia magnética de alta potencia, un equipo de científicos
ha descubierto que los pacientes con TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) tienen
un desequilibrio neuroquímico en partes del cerebro clave para la toma de
decisiones.
El equipo también
ha detectado un desequilibrio neuroquímico similar, aunque más leve, en
individuos sanos con tendencias compulsivas más suaves.
Los autores del
estudio creen que estos hallazgos abrirán nuevas vías para tratar el TOC, un
trastorno psiquiátrico que afecta hasta al 3% de la población occidental y
puede ser profundamente incapacitante.
La investigación,
liderada por neurocientíficos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y
publicada este martes en la revista Nature Communications, revela que el
equilibrio entre el glutamato y el GABA -dos importantes neurotransmisores
químicos- está «alterado» en los pacientes con TOC en dos regiones
frontales del cerebro.
Asimismo,
descubrieron que las personas sin TOC pero que son propensas a comportamientos
habituales y compulsivos tienen mayores niveles de glutamato en una de estas
regiones cerebrales.
TÉCNICAS DE
RESONANCIA MAGNÉTICA
Mediante
espectroscopia de resonancia magnética, los investigadores midieron los niveles
de glutamato y GABA en regiones de la corteza cerebral, la parte más externa y
desarrollada del cerebro humano.
El glutamato es
un neuroquímico «excitador» que facilita los impulsos eléctricos que
disparan las neuronas para enviar información por las redes cerebrales,
mientras que el GABA es un neurotransmisor «inhibidor» que actúa en
oposición al glutamato y amortigua la excitabilidad neuronal para dar
equilibrio.
Los afectados por
el TOC tenían niveles más altos de glutamato y más bajos de GABA en el córtex
cingulado anterior, en comparación con las personas que no padecían el
trastorno.
Además, la
gravedad de los síntomas del TOC, junto con la inclinación hacia
comportamientos habituales y compulsivos, estaba relacionada con niveles más
altos de glutamato en la región motora suplementaria.
Esto se observó
tanto en pacientes con TOC como en participantes sanos con tendencias
compulsivas más leves.
Tanto el córtex
cingulado anterior como el área motora suplementaria intervienen centralmente
en la decisión del equilibrio entre nuestros objetivos conscientes y nuestros
hábitos más automáticos.
La investigación
sugiere que «las compulsiones surgen de un sistema cerebral desregulado de
control de los hábitos», según los científicos.
«Comprender
el trastorno obsesivo-compulsivo es una cuestión fundamental para la
psiquiatría. Ahora hemos demostrado que se producen cambios definitivos en
estos neurotransmisores clave en las personas que padecen TOC», afirmó el
autor principal, el profesor Trevor Robbins, de Cambridge.
«Nuestros
hallazgos son una pieza importante del rompecabezas para comprender los
mecanismos que subyacen al TOC. Los resultados sugieren nuevas estrategias de
medicación para el TOC basadas en los fármacos disponibles que regulan el
glutamato», dijo Robbins.
UN SUFRIMIENTO
INCALCULABLE
El TOC grave es
un trastorno mental que causa un sufrimiento incalculable a quienes lo padecen
y que puede llevar a la pérdida del trabajo y las relaciones y al aislamiento
social.
En casos
extremos, la falta de control y la sensación de desesperanza provocadas por el
TOC pueden desembocar en pensamientos suicidas.
Sin embargo, los
tratamientos actuales del TOC son limitados y mientras que las personas con
síntomas más leves pueden tomar algunos antidepresivos, para las que presentan
síntomas graves hay pocas opciones -a menudo extremas-, como la estimulación
cerebral profunda e incluso la neurocirugía para extirpar por completo el
córtex cingulado anterior.
«Algunos
tratamientos ya actúan sobre el desequilibrio del glutamato de forma
indirecta», detalló Marjan Biria, autora principal del estudio, que
realizó el trabajo en el laboratorio de Robbins en Cambridge.
«Ahora
tenemos las pruebas de por qué ciertos enfoques parecen tener algunos efectos
beneficiosos».
El estudio se
llevó a cabo en el Centro Wolfson de Imágenes Cerebrales de Cambridge, que
alberga uno de los siete escáneres ultrapotentes de Espectroscopia por
Resonancia Magnética (MRS) de 7 Tesla que hay en Reino Unido.
Para ello, los
investigadores escanearon a 31 pacientes de TOC diagnosticados clínicamente y a
30 voluntarios sanos como grupo de control y realizaron pruebas y cuestionarios
a todos los participantes para calibrar las tendencias obsesivo-compulsivas y
habituales.
EFE
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