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Tras la muerte de Raquel Arocena, madre de Gustavo
Nicolich, quien falleció en la tragedia de los Andes en 1972 en el alud que
sepultó el fuselaje del avión el 29 de octubre de 1972, después de haber sido
uno de los supervivientes del accidente aéreo.
Además de Nicolich, en el alud ocurrido dos semanas
después del accidente fallecieron otros siete compañeros.
Raquel Arocena de Nicolich, madre de Gustavo y fundadora
de la Biblioteca Nuestros Hijos, falleció este martes a los 97 años, informó el
centro social fundado por las madres de “los que no volvieron del accidente de
los Andes en 1972”.
La biblioteca destacó la “pasión por la cultura y la
educación” de Arocena de Nicolich, que “dejó una huella imborrable”.
“Su legado va a perdurar en cada libro, en cada
persona y en cada rincón de la biblioteca”, expresó la institución.
Por su parte, el director de la película La
Sociedad de la nieve, el español Juan Antonio Bayona, recordó la
figura de Raquel Arocena en su cuenta de X (Twitter).
“Hoy nos ha dejado Raquel Arocena, madre de Gustavo ‘Coco’
Nicolich, fallecido en la montaña de los Andes, y última Madre Fundadora de la
Biblioteca Nuestros Hijos. Su ejemplo de coraje y compromiso quedará para
siempre. Hoy vive con fuerza en todos. aquellos chicos y chicas que, gracias a la
Biblioteca, han conseguido labrarse un futuro. Un abrazo muy grande a su
familia y amigos. DEP”, escribió el director de la película nominada a los Premios
Óscar y que logró volver a poner en la agenda mediática la historia del accidente
ocurrido hace más de 50 años vivido por jóvenes uruguayos.
Hoy nos ha dejado Raquel Arocena, madre de Gustavo “Coco” Nicolich, fallecido en la montaña de los Andes, y última Madre Fundadora de la Biblioteca Nuestros Hijos.
Su ejemplo de coraje y compromiso quedará para siempre. Hoy vive con fuerza en todos aquellos chicos y chicas que,… pic.twitter.com/PH7ZIrblWK— JA Bayona (@FilmBayona) June 18, 2024
Nicolich escribió dos cartas en la montaña, una el 21 de octubre de 1972 —el octavo día desde el accidente— y otra el 22 de octubre.
En la primera, describe a sus padres y a su novia el “lugar divino” donde estaban, usa la ironía para referirse al “hotel” con habitaciones para “26 personas” e incluso le dice a Rossina, su pareja: “Lo único que quiero ahora es llegar, casarme contigo si tú lo quieres”.
La segunda carta, escrita unos días antes de que el alud acabara con su vida, está dedicada a Rossina y narra, desde el “petit hotel”, lo que estaban padeciendo y el “desánimo general”, principalmente porque revelaba lo siguiente: “Dentro de un rato se nos acaba la comida”.
“Una cosa que te va a parecer increíble a mí también me parece; hoy empezamos a cortar a los muertos para comerlos, no tenemos otro remedio. Yo por mi parte le pedí a Dios en todo lo posible que nunca llegara este día, pero llegó y tenemos que afrontarlo con valentía y con fe”, escribió Nicolich, unas líneas después.
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