Uruguay insiste en flexibilizar el Mercosur (Mercado Común del Sur) para negociar acuerdos comerciales individuales, pero sus socios en este proyecto de integración sudamericana se le plantan firme y cierran filas. Las tensiones aumentan en esta cumbre que comenzó ayer y que tendrá hoy la reunión de los presidentes.
Lucía Barrios
Pese a la advertencia conjunta en la víspera de Argentina, Brasil y Paraguay con adoptar las «medidas» que «juzguen necesarias» contra Montevideo si persistía en su pretensiones extra bloque, el Gobierno de Luis Lacalle Pou presentó el jueves pasado formalmente su solicitud para adherirse al Acuerdo Transpacífico, confirmando así su decidida política de procurar alianzas plus ultra.
Lacalle Pou señaló que esta adhesión le dará «más oportunidades» a su país, y permitirá concretar su plan de «un Uruguay abierto al mundo».
No obstante, la doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de San Pablo y docente investigadora de la Universidad de la República, Nastasia Barceló, dijo a la Agencia Sputnik que esta estrategia podría tener un alto costo.
«La consecuencia de flexibilizar el Mercosur, si Uruguay continúa con insistencia y no busca salidas, es que quede aislado en la región y siendo un país pequeño demográfica-mente (casi 3,5 millones de habitantes), es quedar aislado del mundo. Ese es un riesgo muy importante. Es hora de que el Gobierno se dé cuenta que no puede llegar muy lejos», advirtió.
El Mercosur nació en 1991 y está integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela (actualmente suspendido).
En tanto, el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, que busca promover una mayor integración económica regional y cooperación entre sus miembros, fue firmado en 2018 y está conformado por Australia, Canadá, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam, Brunéi y Chile.
Desde su asunción, en marzo de 2020, Lacalle Pou insiste en que el derecho internacional habilita a Uruguay «a avanzar en la flexibilización» del Mercosur y en que su país necesita «abrirse al mundo».
Barceló recordó que Uruguay se viene desmar-cando de sus pares del bloque desde hace meses, y una muestra de ello fue la negativa del Gobierno de Lacalle Pou a firmar la declaración conjunta en la última cumbre del Mercosur, celebrada en Asunción el 21 de julio.
«La actitud de Uruguay levantó tensiones. Eso tiene consecuencias. El pedido de adhesión del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpa-cífico le puede traer más consecuencias y quedar completamente aislado por una reacción de los socios del Mercosur que pueden tomar sanciones comerciales o jurídicas», opinó la analista.
CHINA EN LA MIRA
A mediados de julio, Lacalle Pou anunció que su Gobierno comenzó de manera formal la negociación con China para un tratado de libre comercio, luego de una «conclusión positiva» del estudio de factibilidad.
Este acercamiento entre Montevideo y Pekín fue lo que impidió un consenso en la declaración final del Mercosur en Asunción. Uruguay exigía introducir en el texto la palabra «flexibilización», según reveló a la Agencia Sputnik una fuente de la cancillería paraguaya.
En la declaración, firmada finalmente por Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia (como estado en proceso de adhesión) se resaltan «los esfuerzos realizados durante el presente semestre para dar continuidad a la adecuación del bloque, con vistas a mejorar su competitividad y la integración de los estados partes en el ámbito económico regional y extrarregional, reforzando además la armonización regulatoria y la estructura institucional del Mercosur».
LLEGADA DE LULA
A pesar de que en esta cumbre mercosuriana, el 5 y 6 de diciembre en Montevideo, aún participará el Gobierno brasileño liderado por Jair Bolsonaro, en la región se vive con anticipación y «expectativa» la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó Barceló.
«En Brasil va a asumir Lula, un Gobierno gobernado por la izquierda. Hay una gran expectativa de cambio más allá de que esta es la última cumbre que participaría un Brasil gobernado por Bolsonaro (…) Con la llegada de Lula se va a reforzar la postura que ha tenido la cancillería brasileña que ha sido acompañar el bloque y el Brasil de Bolsonaro no permitió la flexibilización que planteaba Uruguay», sostuvo.
La experta anticipó que Lula trabajará por una mayor unión del bloque porque las industrias brasileñas buscan aumentar el comercio interregional y además generar una agenda externa en las que no existan perforaciones a la unión aduanera.
«Con la asunción de Lula va a haber una revitalización del Mercosur como proyecto de integración. Buscará fortalecer un bloque, que tiene 31 años, desde el punto de vista económico, pero también recuperar agendas como la agricultura familiar, temas sociales, derechos humanos, donde el diálogo político vuelva a ser central», sostuvo.
Asimismo, indicó que Brasil es el «socio más importante» del Mercosur por su tamaño, y la llegada de Lula visibilizará al bloque en el mundo.
«Ante un mundo que está en crisis por las consecuencias de la pandemia y el conflicto en Ucrania, el papel que puede tener América del Sur como suministrador de alimentos y de energía es clave», señaló.
Todo este contexto genera expectativa de cara a la próxima cumbre. Lacalle Pou, por lo pronto, ya adelantó que será «entretenida»..
(Sputnik)
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